Murcia y Burgos rescatan composiciones barrocas de música sacra
Unos villancicos de los siglos XVII y XVIII y un manuscrito del siglo XVIII suenan por Navidad en las catedrales de Murcia y Burgos
El pasado viernes tuvo lugar en la Capilla de los Vélez de la catedral de Murcia un concierto histórico en el que se interpretaron piezas del Manuscrito de Totana, un documento del siglo XVIII hallado en la iglesia parroquial de Santiago el Mayor de Totana, formado por una treintena de composiciones musicales de polifonía sacra.
Se trata de varios motetes, salmos para vísperas y dos misas que recogen, entre otras piezas del siglo XVI, el salmo Beatus vir, que se sabía atribuido al compositor Rodrigo de Ceballos y que hasta ahora no había sido localizado.
Las piezas fueron interpretadas por el grupo vocal Cantoría, cuyo director, Jorge Losana, asegura las composiciones del Manuscrito «dan vida a un modo de entender la música». Asimismo, explica que este documento ha servido para posicionar a Murcia en el panorama internacional de música antigua, a través de su participación en el Congreso Internacional de Música Medieval y Renacentista de Basilea (Suiza), porque «contiene música única» y demuestra que, además de en la catedral, también se componía en otras localidades de la región, como Totana.
Villancicos de los siglos XVII y XVIII
Por otra parte, el archivo de la catedral de Burgos ha recuperado varios villancicos de los siglos XVII y XVIII, unas «joyas musicales», según explica la diócesis en un comunicado. Las piezas sonarán en el templo catedralicio este jueves, dentro del ciclo La música dormida, con el que la Fundación VIII Centenario de la catedral conmemora la colocación de la primera piedra del templo, hace 800 años.
El concierto, que correrá a cargo del grupo de música antigua Burgos Baroque Ensemble, «rememorará los fastos que se organizaban para la Navidad y Reyes en la catedral durante siglos», afirma la diócesis. En el recital sonarán también los peculiares instrumentos de viento del grupo La Danserye, incluida una guitarra barroca, «algo que estaba prohibido excepto en la noche de Navidad». «La Navidad era una de las pocas ocasiones en que se permitían licencias impensables en un templo, lo cual llevó a no pocas quejas por parte de miembros de la Iglesia», añade.
En estas fechas se cantaban tradicionalmente villancicos, una forma musical en la que la función principal «es acercar el mensaje catequético al pueblo llano, por medio de músicas de ritmo vivo y danzante, estructuras repetitivas de estribillo y coplas, donde la letra en castellano es, en ocasiones, de carácter burlón o imitativo del lenguaje popular y, en otras ocasiones, de carácter más poético y elevado», recoge la nota de la diócesis.