Mueren al menos 63 migrantes, entre ellos doce niños, en un naufragio al sur de Italia

El Mediterráneo ha vuelto a convertirse en un mar de muerte en la madrugada de este sábado frente a las costas italianas. En el sur del país, en una turística playa, han amanecido con al menos 59 cadáveres en la arena y flotando en la orilla. Con el paso de las horas, la cifra de víctimas ha aumentado hasta 63, entre ellas doce niños.

La playa de Steccato, en la localidad de Cutro, en Calabria, ha sido la última tumba para decenas de migrantes que viajaban en una precaria embarcación de madera. Así lo han confirmado los Carabinieri a EFE esta mañana de domingo.

Han sobrevivido al naufragio unas 80 personas, que han explicado a las autoridades italianas que en el bote viajaban en torno a 160. No se descarta que pueda haber más muertos. Los equipos de salvamento continúan en la playa donde llevan presentes desde hace horas.

De acuerdo con los testimonios de los rescatados, la embarcación en la que viajaban era de madera y pudo romperse al chocar con unas rocas debido a la mala mar cuando estaban a tan solo 150 metros de la costa. Estas personas provenían de países como Irán, Pakistán y Afganistán.

Italia es uno de los principales puntos por el que los migrantes intentan llegar a Europa por mar. La ruta del Mediterráneo central es una de las más peligrosas. Según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), 20.333 personas han muerto o han desaparecido desde 2014.

Esta tragedia se produce en medio de la polémica que ha generado el llamado decreto Piantedosi, nuevas normas más duras y restrictivas contra las ONG de salvamento que operan en el Mediterráneo. Entre las nuevas sanciones, se prevén multas de hasta 50.000 euros y el secuestro de las naves que incumplan normas como la de no realizar más de un rescate, aunque encuentren otra nave en dificultad de camino al puerto asignado por las autoridades.

El primer barco sancionado en virtud a esta nueva ley es la Geo Barents, de Médicos sin Fronteras. Tras realizar el desembarco de 48 personas en el puerto de Ancona, en el centro norte del país, las autoridades italianas secuestraron la embarcación durante 20 días y han impuesto a la ONG una multa de 10.000 euros.

«Las autoridades italianas han subido a bordo del Geo Barents y han notificado a nuestro equipo que el barco está detenido y que se aplicaría una multa», explicaba MSF en su cuenta de Twitter. La organización está evaluando emprender acciones legales para impugnar la multa.