En esta zona del mundo, en pleno verano, con altas temperaturas en muchos lugares, suele decirse que no hay muchas noticias; como si el tiempo de vacaciones —para quienes pueden gozarlas— disminuyera los acontecimientos.
No está siendo así en este mes de julio: en la Iglesia y fuera de ella se han producido acontecimientos que llaman la atención y hacen pensar.
En los primeros días del mes se hizo pública la lista de participantes en el próximo Sínodo. Con sus diversos apartados, que indican distintos lugares de procedencia y responsabilidades de las personas, es un escenario maravilloso de pluralidad universal.
El Papa Francisco ha decidido hacer real esa ampliación del espacio sinodal para las personas que no son obispos, aunque la asamblea sea fundamentalmente de ellos. Es decir, para los laicos y las laicas y, por tanto, las mujeres, muchas de las cuales ejercerán por primera vez el voto en una asamblea de este tipo.
Después se ha anunciado un próximo consistorio para la creación de nuevos cardenales, el próximo 30 de septiembre. Ese mismo día habrá una vigilia de oración ecuménica en la plaza de San Pedro como preparación a la apertura del Sínodo.
Y en nuestro mundo siguen siendo triste noticia las muertes de migrantes en el mar. Una nave con 500 personas a bordo desapareció en el Mediterráneo a finales de junio. Este hecho quedó casi eclipsado por el incidente del sumergible Titan, en cuya búsqueda se desplegó una cantidad ingente de medios. Parece que no todas las vidas valen lo mismo.
Noticias que nos golpean el corazón y nos hacen reflexionar, aunque haga calor. ¡Feliz descanso con ojos y oídos bien abiertos a la realidad y con un corazón solidario que no se deja insensibilizar! Aunque haga calor.