Julián Barrio: «El hombre de nuestros días busca razones para vivir» - Alfa y Omega

Julián Barrio: «El hombre de nuestros días busca razones para vivir»

Faltan apenas 48 horas para que el Papa aterrice en Santiago de Compostela. Su arzobispo confía en que esta peregrinación contribuya a «revitalizar la identidad» del Camino de Santiago. Monseñor Barrio, que es también Presidente de la Comisión episcopal de Apostolado Seglar, de la Conferencia Episcopal Española, destaca asimismo la importancia del Camino para la nueva evangelización, a la que nos convoca Benedicto XVI. «Hablar de Santiago Apóstol es referirnos a la fe de los españoles, que hay que renovar y fortalecer», afirma. «Es una llamada evangelizadora», una llamada a salir al encuentro del «hombre de nuestros días», que, de forma más o menos consciente, «en el fondo busca a Dios»

Redacción
Monseñor Julián Barrio, ante la catedral de Santiago de Compostela. Junto a él, don Salvador Domato, coordinador general de la visita del Papa a Santiago

Nunca antes había venido como peregrino a Santiago un Papa en un Año Santo. Esto significa que la Visita, aunque breve, dejará una huella profunda y duradera… ¿Cómo están viviendo en Santiago estos momentos?
Esta peregrinación del Papa Benedicto XVI tiene un carácter especial. Es la primera vez que un Papa viene expresamente a Santiago de Compostela para hacerse peregrino con tantos y tantos peregrinos que están llegando desde el siglo X, pero de manera especial en este Año Santo Compostelano, para venerar la tumba del Apóstol, hacer memoria de la tradición apostólica y participar en la gracias jubilares. Tanto los diocesanos como yo estamos viviendo estos días en espíritu de oración y con una gran esperanza, deseando ofrecer al Papa nuestra mejor acogida y hospitalidad.

Durante mucho tiempo se dijo que el Papa tenía un enorme interés en venir a Santiago, pero que sería imposible, por razones de calendario. Benedicto XVI, sin embargo, la ha hecho finalmente posible… ¿Le sorprendió?
En cierto modo, sí. Es verdad que el Papa había manifestado su deseo de venir a Santiago, pero su agenda estaba muy llena. Gracias a su benevolencia y caridad pastoral, quiso buscar un día para venir como peregrino de la Fe y testigo de Cristo resucitado, y estar con nosotros. Nuestro agradecimiento, si cabe, es mayor.

Trabajos de preparación de la visita del Papa

¿Qué espera mostrarle al Papa en Santiago y en su catedral?
De manera especial, a una gran representación de todos los diocesanos, a los que se unirán tantas y tantas personas venidas de otras diócesis de España, manifestándole nuestra adhesión filial y nuestra comunión eclesial. El Papa, en la catedral, tendrá la oportunidad de realizar los ritos del peregrino: entrar por la Puerta Santa, dar el abrazo al Apóstol, rezar en la cripta ante la Tumba apostólica, contemplar el Pórtico de la Gloria y ver el funcionamiento del botafumeiro.

Se cierra un ciclo de Años Santos, de 1993 a 2010, con una afluencia de peregrinos extraordinaria. ¿Qué frutos ha dejado?
Creo que ha sido una buena oportunidad de nueva evangelización, no sólo por la vivencia religiosa y espiritual que han podido tener los peregrinos en la celebración religiosa en Santiago, sino porque, de alguna forma, este acontecimiento de gracia ha servido en las distintas comunidades cristianas para hacer la preparación espiritual de la peregrinación. A lo largo de este año, para mí está siendo una gran satisfacción pastoral ver la actitud religiosa y espiritual de los peregrinos.

El Papa, en Santiago
  • 8:30 h. Salida del aeropuerto de Fiumicino, de Roma.
  • 11:30 h. Llegada al aeropuerto de Santiago. Ceremonia de bienvenida, discurso del Santo Padre, que será recibido por miembros de la Casa Real, autoridades eclesiásticas y civiles. Después, encuentro privado con los Príncipes de Asturias, en la Sala de Autoridades del aeropuerto.
  • 13:00 h. Visita a la catedral, como peregrino en la fe. Tras desplazarse en papamóvil desde el aeropuerto, entrará en la catedral por la puerta de la Azabachería; rezará en la Capilla de la Comunión; contemplará el Pórtico de la Gloria; saldrá a saludar a los peregrinos que estén en la Plaza del Obradoiro; tras salir por la puerta Real a la Plaza de la Quintana, entrará por la Puerta Santa, dará el abrazo al Apóstol y rezará en la cripta ante la tumba del apóstol Santiago; dirigirá unas palabras a los enfermos, niños y miembros de la vida consagrada que asistan al acto dentro de la catedral; y verá funcionar el botafumeiro.
  • 13:45 h. Comida en el Arzobispado, con los cardenales españoles, miembros del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal y el séquito papal.
  • 16:30 h. Santa Misa en la Plaza del Obradoiro.
  • 19:15 h. Salida desde el aeropuerto hacia Barcelona.

El éxito del Camino supone también un cierto riesgo de que se difumine su naturaleza. ¿Contribuirá la peregrinación del Papa a reforzar esa identidad, a purificarlo quizá?
La preocupación pastoral es precisamente evitar ese posible riesgo. En todo caso, estoy seguro de que la peregrinación del Papa contribuirá a revitalizar la identidad del Camino de Santiago, la peregrinación jacobea y la celebración de los Años Santos Compostelanos, purificando aquellas adherencias que pueden desfigurar o difuminar la propia identidad.

La presencia en el Camino de caminantes con motivaciones no siempre claras, pero con muchas inquietudes y preguntas, es quizá un marco excepcional en ocasiones para la nueva evangelización a la que convoca de manera decidida el Papa. ¿Cómo cree que puede concretarse esta nueva misión en España y, en concreto, en Santiago?
Es verdad que el Camino de Santiago, para los que tienen fe, es una ocasión de revitalizarla; para otros que no la tienen, o tal vez la han dejado marchitar, será una oportunidad providencial para recibir el don de «Aquel que ilumina a todos los hombres para que puedan tener finalmente vida», como nos decía el Papa en su Mensaje para la Apertura de la Puerta Santa. Otros, después de haber llegado a Santiago, seguirán manteniendo la tensión de la búsqueda con la que iniciaron el Camino.

Hablar de Santiago Apóstol es referirnos a la fe de los españoles, que hay que renovar y fortalecer. Es una llamada evangelizadora a los hombres y mujeres de hoy, recordando el carácter esencialmente peregrino de la Iglesia y del ser cristiano en este mundo, y redescubriendo el sentido de pertenencia a la comunidad cristiana. El hombre de nuestros días busca razones para vivir, en el fondo busca a Dios. En este sentido, hemos de acompañar pastoralmente esta búsqueda, ayudándole a descubrir el sentido de la cruz, a descubrir la grandeza del ser humano en medio del proceso de despersonalización que padecemos, subrayando la dimensión trascendente de la persona, y, con la luz de la Palabra de Dios, preparándole para ir en busca de lo que realmente su corazón anhela. En el episodio de los peregrinos de Emaús, encontramos la pedagogía de Jesús para esa nueva evangelización. La Palabra y el gesto de partir el pan abrieron los ojos de aquellos discípulos que pensaban que Jesús estaba sumido en la muerte.

Un peregrino reza ante el Santísimo, a su llegada a Santiago

Benedicto XVI es un gran intelectual, que, sin embargo, tiene una gran sensibilidad hacia las distintas formas de piedad popular, entre las que podríamos incluir en cierto modo el Camino, que nos dice, en un lenguaje accesible a todos, quiénes somos como pueblo y de dónde venimos. ¿Cómo cree que pueden utilizarse estos elementos en la nueva evangelización?
La nueva evangelización, a través de las nuevas formas de piedad, ha de proponer sobre todo el encuentro con Cristo a quien podemos confiar nuestra felicidad y nuestro futuro, realidades que angustian al hombre contemporáneo. El Camino de Santiago nos ayuda a entender la vida como una peregrinación, en la que debemos ser conscientes de dónde venimos y hacia dónde nos encaminamos, percibiendo la necesidad de una calidad de vida como don total de sí mismo a Dios y a los demás en la vivencia de la fraternidad. Es un ámbito apropiado para que los peregrinos vivan ese encuentro con el Señor, con los demás y consigo mismo, tratando de responder a esas preguntas que cada uno de nosotros llevamos dentro. Sin duda, la actitud peregrinante posibilita dejar entrar las cuestiones espirituales en el espacio público de manera sencilla y sin complejos, porque lo espiritual forma parte de nuestra existencia más allá del ámbito privado. Son algunos aspectos, entre otros, que pueden ayudarnos a responder a la necesidad y al reto de la nueva evangelización.

Es tiempo de esperanza

Con motivo del Año Santo, miles de jóvenes de toda Europa han peregrinado y siguen peregrinando al sepulcro del Apóstol Santiago. El día 12 de agosto pasado, la ciudad estaba radiante, llena de cantos juveniles; una alegría sana lo invadía todo, pues miles y miles de jóvenes de varias nacionalidades llenaban las calles con su presencia alegre y desenfadada. El vigor y la energía de su juventud vencía el cansancio del Camino, y todos los rincones de la ciudad del Apóstol rebosaban una alegría sana, que nace de un espíritu libre.

Benedicto XVI, sucesor y continuador de Juan Pablo II, habló de la primavera de la Iglesia. El día 6 de noviembre peregrinará hasta Compostela, para orar ante la tumba del apóstol Santiago. Es la primera vez que un Papa peregrina a la Ciudad de la Estrella en un Año Santo, y este acontecimiento puede ser el inicio de una primavera de la Iglesia. Seguro que éste es el deseo de Su Santidad, y en ello pondrá todas sus energías para que, de Compostela —de la tumba del apóstol Santiago—, surja una estrella brillante, una luz que nos guíe en este mundo que camina sin un rumbo cierto.

Vienen a mi recuerdo las primaveras de la Champagne francesa, donde viví en mi juventud. De improviso, toda la naturaleza revivía, revistiéndose de una belleza armoniosa y deslumbrante. Al mismo tiempo, el trino de los pájaros se tornaba en una genial y melodiosa partitura. Era como una nueva creación, llena de vida. Es posible que la primavera inspirase al compositor austriaco Franz Joseph Hayden para componer su obra Oratorio de la Creación. Su interpretación hace vibrar el corazón con plenitud esplendorosa. Fate vibrare le corde. Prendete le lire…, canta el coro.

El Papa desea ver a la Iglesia radiante de hermosura, como una primavera. Para ello, peregrina a Compostela, para postrase ante el apóstol Santiago, amigo del Señor, a pedir ayuda y la fuerza del Espíritu, que todo lo puede. Desde siempre, los santos son los que mejor interpretaron los signos de los tiempos, y su mirada, iluminada por la fe, penetra más allá de lo aparente.

El Vicario de Cristo ve mucho más allá que nosotros. Es tiempo de abrir nuestros corazones a la esperanza, rezando por el Papa y bregando con todas nuestras fuerzas, todos los días, para que la primavera de la Iglesia sea pronto una realidad. Fate vibrare le corde. Pendete le lire.

Agustín Romero Lojo
Director nacional del Apostolado del Mar