Monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo y Primado de España. Un nuevo cardenal español
El último consistorio de cardenales de la Iglesia católica, celebrado el pasado fin de semana en el Vaticano, atrajo a una amplia comitiva que acompañó al recién creado cardenal Cañizares a Roma. Allí, la vicepresidenta del Gobierno ofreció un almuerzo en el que auguró la mejora de las relaciones entre España y la Santa Sede, que pasan por momentos de tensión
La creación como cardenal de monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo, Primado de España, se ha convertido en una fiesta no sólo para la Iglesia en Toledo, sino para toda España, como lo testimonió tanto el número de peregrinos españoles —los más numerosos, tras los italianos— como su representatividad civil y eclesial. Entre las más de mil personas que viajaron desde nuestro país a Roma expresamente con este motivo, no sólo podían verse toledanos, sino también los amigos de don Antonio Cañizares procedentes de su Valencia natal, de Madrid, donde ha vivido años importantes de su vida, y de las anteriores diócesis que tuvo a su cargo: Ávila y Granada.
Arroparon al Primado tres cardenales españoles: el cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Amigo, arzobispo de Sevilla, y el cardenal Ricardo María Carles, arzobispo emérito de Barcelona, así como unos treinta obispos españoles, entre quienes se encontraba monseñor Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española.
La representación gubernamental estuvo comandada por la vicepresidenta primera del Gobierno, doña María Teresa Fernández de la Vega, acompañada por el ministro de Defensa, don José Bono, así como de los presidentes de los Gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, y el alcalde de Toledo.
Como signo de su participación en el cuidado pastoral del Papa por la ciudad de Roma, Benedicto XVI asignó a cada nuevo cardenal el título de una iglesia perteneciente a la diócesis de Roma. En concreto, al cardenal Cañizares le concedió el título de la iglesia de San Pancracio. De este santo se sabe que era un huérfano de Frigia, que se instaló con su tío en Roma, allí se hizo cristiano gracias al Papa Cornelio, y, al no querer renegar de su fe, fue decapitado a los catorce años, en el año 304. Pronto, el culto popular hizo que su tumba, situada en la Vía Aurelia, fuera muy visitada, extendiéndose la costumbre de llevar allí a los recién nacidos la mañana de Pascua. En el año 500, el Papa Símaco dedicó en su honor una iglesia en las afueras de Roma sobre la vía Aurelia, base de la actual basílica. San Pancracio es Patrono de los niños que hacen la Primera Comunión, y su culto está muy difundido en Europa y en diversas partes del mundo.
La vicepresidenta ofreció en la embajada de España una cena en honor del cardenal Antonio Cañizares, en la que dijo que las relaciones entre España y la Santa Sede son estables y que la Iglesia y su Gobierno comparten el compromiso por la igualdad, la solidaridad y la justicia social.
La nota más destacada fue la visita del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano —como es posible imaginar, el purpurado tenía mil compromisos en el día en que el Papa había entregado el anillo a los quince nuevos cardenales, con una Roma llena de representantes de Gobiernos de los países con nuevos cardenales—. El cardenal Sodano manifestó, concretamente, el particular interés con el que la Santa Sede y el Papa siguen la vida de España.
El brazo derecho del Papa en la guía del Vaticano tuvo ocasión de mantener una conversación privada de unos 20 minutos con doña María Teresa Fernández de la Vega, un encuentro que tuvo lugar tras participar en la misa de entrega de anillo al nuevo cardenal Antonio Cañizares.
Tras el encuentro, el cardenal italiano declaró: «Hoy es día de fiesta, y en los días de fiesta las noticias deben ser buenas. La buena voluntad la tenemos todos para resolver los problemas, y con España debería ser fácil». El cardenal Cañizares manifestó que su nombramiento como cardenal es un reconocimiento del Papa hacia España, y abogó para aunar esfuerzos en aras del bien común, de la familia, la formación integral de la persona, la libertad y las relaciones basadas en el respeto.
El acto sirvió también como despedida para el embajador español ante la Santa Sede desde junio de 2004, el diplomático y antiguo director de Centro Nacional de Inteligencia (CNI), don Jorge Dezcallar, quien será sustituido por don Francisco Vázquez, hasta ahora alcalde de La Coruña.