Mónica Moreno: «Dios nos ha elegido para trabajar por los más necesitados»
La nueva presidenta de Cáritas Castilla-La Mancha señala el empleo de calidad, la reorganización del voluntariado y la sensibilización en la sociedad entre los retos de futuro de la organización caritativa de la Iglesia
¿Cómo afronta este nuevo encargo?
Todavía no lo afronto, aún me lo estoy creyendo. Pero vamos, lo asumo con mucha responsabilidad, un cierto miedo por lo que supone y, sobre todo, como un servicio a la Iglesia. Dios me ha puesto aquí con una misión y esa misión es estar al servicio de los necesitados y de todos los que formamos la gran familia de Cáritas.
¿Dónde quiere poner el foco?
Bueno, yo soy periodista de formación. De hecho, seguiré en el servicio de comunicación de Cáritas Diocesana de Toledo. Pues, como periodista, mi idea es dar a conocer toda la labor que está haciendo Cáritas con el objetivo de dar voz a los más necesitados. Dios nos ha elegido para poner rostro, dar voz y para trabajar por los más necesitados.
De esta forma, mi idea es comunicar, sensibilizar y denunciar. También es importante alzar la voz por aquellos que no tienen voz. Y, todo esto, coordinado con las distintas Cáritas, que son las que nos ayudarán a que todo este engranaje funcione bien.
Por supuesto, desde la oración, la humildad y el servicio. Estoy aquí para aprender, para escuchar y para dejarme ayudar. Solo soy una más dentro toda la gente que forma Cáritas.
¿Cuáles son los retos actuales que tiene sobre la mesa Cáritas de Castilla-La Mancha?
Todavía es pronto para decirlo. Tengo una primera reunión el día 25de enero con la Comisión Permanente. Pero es clave seguir dando oportunidades a las familias, y buena parte de esto pasa por un empleo de calidad. Ahora mismo el mayor problema no es tanto el acceso a los alimentos sino al pago de suministros. Gracias a Dios el trabajo se ha recuperado un poco, pero este no permite afrontar muchos gastos del día a día.
También hay que hablar del voluntariado a raíz de la pandemia. Nuestros voluntarios tradicionales son todos población de riesgo. Por ello, hay que recuperar ese voluntariado quizá más joven e intentar adaptarlo a las nuevas circunstancias, los nuevos acompañamientos, a las intervenciones…
Otro punto es de la sensibilización. Hay que hacer llegar Cáritas a la sociedad, por una cuestión de recursos, pero también para demostrar que Cáritas es la Iglesia haciendo caridad, y que estamos ahí en todo momento.
Habla de la pandemia. ¿Cómo ha sido vivirla desde desde Cáritas?
Hemos tenido que dejar a un lado nuestros miedos porque teníamos que estar al servicio de las familias más necesitadas. No podíamos permitirnos ese lujo porque al otro lado del teléfono había una persona angustiada pidiendo ayuda y teníamos que darle esa esperanza en un momento de incertidumbre máxima.
La pandemia nos llevo a tener situaciones que jamás habíamos pensado. Tuvimos que dar respuesta a la crisis casi de manera inmediata. No lo teníamos previsto y eso nos llevó a tener que adaptar los equipos de trabajo, a que todos tuviéramos que hacer de todo, a tomar decisiones muy rápidas…
Fueron momentos muy complicados, pero creo que a todos nos ha hecho crecer como personas. Además también nos ha servido para poder darnos cuenta y atender nuevas situaciones. Por ejemplo, en el caso de Toledo se puso de manifiesto mucho más la violencia hacia la mujer, porque claro, ahora esas mujeres tenían que estar confinadas junto a sus maltratadores sin poder salir. O la brecha digital, que afectó a muchas familias que no tenían dispositivos en sus casas para poder seguir las clases online. Tuvimos que adaptarnos a todo ello.