Miles de madres del mundo oran por sus hijos gracias a la parroquia de Santa Rita
Los grupos Madres de Santa Mónica nacieron en esta iglesia. Muchos universitarios y chinos acuden a su templo para vivir su fe
Hay parroquias con una pastoral de tipo estacional, como las de zonas vacacionales, que ven aumentar exponencialmente su feligresía cuando llega el verano. Pero también las hay que, en la misma época, advierten el fenómeno contrario. Es el caso de la de Santa Rita. «Aquí durante las vacaciones la edad media sube 50 años», cuenta con humor su párroco, Alberto Moreno.
Lo dice porque durante el curso escolar las calles del barrio de Argüelles, donde se encuentra, son un hervidero de jóvenes universitarios que viven en residencias y pisos de la zona. «Es una población flotante que se renueva cada año y es muy normal verlos por la parroquia», atestigua Moreno. Su presencia se suma a la de los vecinos más habituales, sobre todo profesores universitarios y profesionales de la Medicina, debido a la cercanía de la Universidad Complutense y de varios hospitales.
Los agustinos recoletos compraron en los años 50 del siglo pasado este terreno que entonces formaba parte de las afueras de la capital. Aquí se instaló una comunidad muy numerosa a la que acudían religiosos en los últimos años de formación para hacer estudios complementarios. Lo que entonces era la capilla del convento se convirtió en 1965, por iniciativa del arzobispo Casimiro Morcillo, en parroquia. Actualmente están a cargo de ella cinco religiosos, cuatro de ellos sacerdotes.

«Esta es una iglesia de Misas y confesiones, sobre todo», cuenta Moreno. Este verano hicieron un recuento siete párrocos del barrio y contabilizaron entre todos hasta 62 Misas cada domingo. Las de Santa Rita son cinco diarias y seis los festivos, a lo que hay que añadir dos horas diarias de confesiones, con alguna más en ocasiones.
«Y todo esto para un territorio muy pequeñito, de apenas diez manzanas; unas 9.000 personas», cuenta Moreno. Tanta oferta sacramental se debe a que «gracias a nuestros horarios viene mucha gente de todo Madrid. Es un gran servicio a la gente». Acerca del resto de sacramentos, «hay más bien poco»: unos 25 bautizos y dos o tres bodas al año. Contrastan, en cambio, con un número creciente de unciones a los enfermos que lo solicitan.
Madres por el mundo
En cuanto a las actividades pastorales, «hay un poco de todo, pero la participación suele ser pequeña», explica el agustino recoleto. Hay un grupo de Biblia y otro de oración, junto a las habituales catequesis de niños, adolescentes y jóvenes, además de un catecumenado de adultos y el Aula de Teología… Existe además un Grupo de Evangelización y Cultura que hace de enlace con los alejados a través de eventos como charlas, visitas guiadas o conciertos. Por este medio consigue que «muchos que no conocen el templo o que no pasan por la iglesia lo hagan por primera vez».
También se reúnen en el edificio dos fraternidades seglares agustino-recoletas: una para españoles y otra para chinos. Esta última surgió hace ya años por la expulsión de China de algunos religiosos de la orden. Cuando volvieron a España retomaron el contacto con otros fieles católicos que también habían tenido que salir del país. Actualmente son unos 60 o 70 creyentes «muy fervorosos y fieles, implicados con su comunidad. Son una Iglesia perseguida, con mucho celo por su fe, y eso les da mucha fuerza».

En esta dimensión internacional, Santa Rita es conocida en todo el mundo porque de aquí salió la iniciativa Madres de Santa Mónica, grupos de siete mujeres que se reúnen periódicamente a orar conjuntamente por sus hijos. También se turnan ante el Santísimo de la parroquia con el mismo fin. «Aquí tenemos ahora más de 100 mujeres en varios grupos, pero en todo el mundo deben de ser ya miles», cuenta el párroco.