Mihai Șona, seminarista rumano: «Mi país ha sufrido muchísimo bajo la cortina de hierro del comunismo»
Con la caída del comunismo en 1989 y la llegada de la libertad religiosa, el ecumenismo ha sido un reto para las distintas confesiones que pueblan Rumanía, explica el seminarista rumano Mihai Șona. Ahondar en la comunión es una de las claves de la próxima visita del Papa al país
«La situación en mi país no es de la más fáciles. Rumanía ha estado bajo la cortina de hierro del comunismo y por ello ha sufrido muchísimo», afirma Mihai Șona, seminarista de 23 años de la Iglesia greco-católica rumana. Sin embargo, la caída del régimen totalitario en 1989 y la llegada de la libertad religiosa al país fue «un gran regalo de Dios para todos». Fue entonces cuando empezó a florecer una colorida diversidad de rumanos, húngaros, alemanes, judíos… en su mayoría ortodoxos, pero también católicos romanos, greco-católicos, calvinistas y luteranos.
En este contexto, los miembros de las distintas confesiones tuvieron que superar sus diferencias y aprender a vivir juntos. «Este es un ejercicio que siempre intentamos hacer», asegura Șona en un testimonio ofrecido al Centro Académico Romano Fundación (CARF). Concretamente, «para la Iglesia católica es un desafío poder adentrarse cada día más en este camino de diálogo».
Alegría común ante la visita del Papa
Este empeño recibirá pronto un espaldarazo con la llegada del Papa Francisco a Rumanía este viernes, en un viaje de tres días en el que visitará Bucarest, Blaj, Șumuleu Ciuc y Iași y durante el que beatificará a siete obispos greco-católicos mártires «que dieron su vida por la fe y la Iglesia católica durante el régimen» comunista.
«El anuncio de la visita del Papa a Rumanía ha sido recibido con gran alegría por la Iglesia católica del país y también por parte de la Iglesia ortodoxa y por el Estado», asegura Mihai Șona. Y, si bien es cierto que «será una bendición para el país entero», para los católicos, concretamente, «representará un encuentro del rebaño rumano con el gran pastor» y «fortalecerá la alegría y el don de ser católico». «Espero que su viaje sea un tiempo de oración, paz y fraternidad para las Iglesias y el pueblo rumano».
Vídeomensaje de Francisco
Por su parte, el Pontífice ha asegurado este miércoles en un vídeo dirigido al pueblo de Rumanía que viaja al país como «peregrino y hermano» para «caminar juntos». Y ha añadido: «Caminamos juntos cuando aprendemos a custodiar nuestras raíces y nuestra familia, cuando cuidamos el futuro de nuestros hijos y del hermano que está a nuestro lado, cuando vamos más allá de los miedos y las sospechas, cuando dejamos caer las barreras que nos separan de los demás».
En su alocución, el Obispo de Roma también se ha referido a los siete obispos greco-católicos a los que beatificará el domingo 2 de junio. «Por lo que han sufrido, incluso hasta el punto de ofrecer sus vidas, es un legado demasiado precioso como para olvidarlo. Y es una herencia común, que nos llama a no distanciarnos del hermano que la comparte», ha subrayado.
Periodismo y comunicación
Precisamente, Mihai Șona se ha trasladado estos días desde Roma hasta Rumanía para cubrir la visita del Papa colaborando con la Oficina de Prensa de la Archidiócesis Romano-católica de Bucarest. Será, por tanto, una oportunidad para poner en práctica los estudios de periodismo que actualmente está cursando en la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Santa Cruz gracias a una beca del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos.
«En la escuela secundaria quería estudiar periodismo porque me encantaba escribir, pero el Señor tenía otros planes para mí». Poco después, Șona recibió la llamada al sacerdocio en la Cuaresma de 2014 e ingresó en el seminario diocesano. Sin embargo, estando en Roma para continuar allí «mis estudios, descubrí que el deseo de estudiar periodismo era factible». Sintió entonces que ese era su camino para servir a la Iglesia, incluso una vez ordenado sacerdote.
«A través de mis estudios quiero servir a la Iglesia, a mi Eparquía y a mi obispo en este campo de la comunicación donde todo es tan cambiante. Esto es algo que debe tener en cuenta cada iglesia local, especialmente en su actividad de evangelización», concluye el joven rumano.