Migraciones y fronteras del sur de Europa

Esta comunidad eclesial es testigo asombrado y apenado de que, en las fronteras del sur de Europa, son vulnerados no pocos artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nadie puede considerar respetuoso el que, en veinte años, las fronteras se hayan cobrado la vida de más de 20.000 jóvenes.

Las medidas adoptadas hasta ahora por los Gobiernos de los países europeos para el control de las fronteras del sur, han sido y son un fracaso político y humano.

Denunciamos el sistema Europeo de vigilancia de fronteras, Eurosur, porque asocia inmigración y crimen, lo que evidencia un inaceptable juicio negativo sobre los emigrantes y favorece el desarrollo de sentimientos xenófobos en la sociedad. También porque privilegia objetivos de control y represión, que harán fácil y legítima la violación de los derechos de los emigrantes, incluido el derecho a la vida. Evidencia de esto son los 3.530 millones de euros que los países miembros de la Unión Europea van a recibir para reforzar sus fronteras exteriores.

Denunciamos la presencia de concertinas con cuchillas en las vallas de Ceuta y Melilla. Estos elementos de control de fronteras representan un atentado a la integridad física de los emigrantes.Denunciamos la obsesión por la seguridad de unos a costa de la salud de otros. Denunciamos la supeditación de las personas a intereses económicos. A nadie se le oculta que el criterio principal, por no decir único, para regular la entrada de emigrantes en un país, es el del beneficio económico que le pueden reportar.

Por sentido de responsabilidad, por amor a la justicia, por respeto a nuestros hermanos emigrantes, pedimos a quienes tienen autoridad para hacerlo, que, en el ejercicio de esa autoridad, dispongan la retirada inmediata de las concertinas instaladas en las vallas de Ceuta y Melilla, por tratarse de instrumentos que violan derechos fundamentales de las personas y en nada favorecen el deseado desarrollo moral, cultural y económico de la sociedad española y de la Unión Europea. Las cuchillas sólo causan dolor y muerte.