Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen
Martes de la 25ª semana del tiempo ordinario / Lucas 8, 19-21
Evangelio: Lucas 8, 19-21
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces le avisaron:
«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte». Él respondió diciéndoles:
«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Comentario
Muchas veces tenemos el deseo de acercarnos al Señor. Lo deseamos porque hemos estado junto a Él otras veces de nuestra vida, y echamos en falta esa cercanía cotidiana. Porque vivir en su presencia lo cambia todo. Nuestra manera de vivir, de tratar a los demás, nuestra alegría y esperanza. Todo es distinto si él está.
Pero quizá, pasemos épocas en las que no le veamos por ningún lado. Nos habíamos habituado. Pensábamos que estábamos ligados a Él para siempre. Que era nuestro y que éramos suyos. Pero poco a poco nuestro corazón se haya alejado de Él, casi sin darnos cuenta, por la presión de las rutinas o la carga de algunos pesares. Pero de repente un día no sorprendemos que nuestro corazón está a lejos del Señor.
Algo así debieron sentir «su madre y sus hermanos» de Jesús. Le habían tenido consigo siempre. Era una presencia familiar y cotidiana. Pero cuando Jesús ha salido de casa a predicar fuera ellos no le han seguido. Y en nada parece haber quedado toda su historia juntos, toda su familiaridad. Entonces han comenzado a sentirse lejos. Y no podían recuperar esa intimidad de la misma manera de siempre, porque Jesús ya no vivía con ellos y estaba ocupado: «vinieron a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él».
Entonces, Jesús nos señala el camino para recuperar e incluso hacer crecer esa intimidad: «Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen». Volveremos a encontrarlo en las cosas de su Padre. Si con paciencia seguimos la Palabra de Dios estaremos junto a Él.