México se prepara para celebrar los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe
Este lunes comienza una Novena Intercontinental Guadalupana, que profundizará en la devoción a la Virgen y los retos del pueblo mexicano hasta 2031
La celebración de Nuestra Señora de Guadalupe este lunes particularmente en México, pero también en toda Iberoamérica y en el Vaticano, no será una más. Después de dos años de pandemia, al retomarse las misas y peregrinaciones con normalidad se espera en la basílica del Tepeyac una cantidad récord de hasta 10,5 millones peregrinos, el triple de los tres millones que acudieron el año pasado, aún en medio de restricciones.
La cadena de celebraciones ha comenzado ya, en la medianoche del lunes —hora local mexicana— con la tradicional Misa de las Mañanitas. En las horas anteriores, comenzaron a llegar a Ciudad de México miles de personas, algunas después de varios días de peregrinación durmiendo a la intemperie.
Pero además, este 12 de diciembre arranca la Novena Intercontinental Guadalupana, un período de nueve años de preparación para el V centenario de las apariciones de la Virgen. La novena arrancará oficialmente en la Misa solemne de las 12:00 horas —19:00 en España—. Pero se espera que también el Papa Francisco, en la Eucaristía que presidirá una hora antes en la basílica de San Pedro, del Vaticano, aluda a este acontecimiento.
Hacia el milenio de la Redención
Este itinerario de preparación es uno de los elementos esenciales del Plan Global Pastoral 2031-2033, en el que la Iglesia en el país viene trabajando desde 2018. Con él, se pretende aprovechar este centenario y el segundo milenio de la Redención, en 2033, para promover el reencuentro con Dios. No en vano el lema de la novena es Santa María de Guadalupe, madre del redentor.
En concreto, el Plan Global Pastoral «quiere presentar a Jesucristo vivo y resucitado, cercano, compañero de camino, que amplía horizontes, y nos da confianza ante las realidades tan complejas que vivimos». La Conferencia Episcopal Mexicana hace así referencia al contexto de pobreza, violencia y corrupción al que se enfrenta el país.
«Al mismo tiempo, quiere ayudarnos a descubrir la luz que hay en nuestro pueblo, y a sentir el amor maternal de nuestra Morenita del Tepeyac, para así poder emprender y reavivar nuestra experiencia de fe, de discípulos misioneros, con renovado entusiasmo y con sólida esperanza». En el documento se afirma también que «la Iglesia en México necesita sentarse a los pies de la Virgen Madre para alentar la esperanza de ser un solo pueblo». Para restaurar el sentido de responsabilidad en la Iglesia y su papel profético es necesario acudir a su «corazón materno».
Primeras actividades
Durante los próximos nueve años, informan los promotores, se trabajarán cinco líneas de acción: formación permanente e investigación integral sobre el «acontecimiento guadalupano» para hacer luego una «difusión masiva», promoción de «una devoción informada y testimonial», y producción creativa de materiales y contenidos. «Toda institución, diócesis, grupos religiosos y laicos», tanto de México como de todo el mundo, están invitados a sumarse con sus propias iniciativas.
Aunque la novena arranca este lunes, ya durante el fin de semana tuvieron lugar las primeras actividades. Así, el viernes se clausuró el Año Jubilar de la canonización de san Juan Diego, marcando la continuidad entre ambos acontecimientos.
El sábado, la Academia de Líderes Católicos de Latinoamérica celebró el I Seminario Internacional Generación Guadalupe 2031, con la participación de los cardenales Carlos Aguiar, arzobispo primado de México; Sean O’Malley, arzobispo de Boston (Estados Unidos), y Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. El seminario concluyó con el lanzamiento del himno de la novena, ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?, de Luis Alfredo Díaz. El domingo por la tarde —hora mexicana— se rezó un rosario intercontinental.
La unión entre Guadalupe y Roma es una conexión de siglos. En 1672, llegó a la ciudad eterna el primer cuadro que narra la aparición a san Juan Diego Cuauhtlatoatzin y el milagro de la tilma, donde quedó grabada la imagen de María. Esta pintura se encuentra en la iglesia de San Ildefonso y Santo Tomás de Villanueva, encomendada a los agustinos recoletos. Fue un miembro de esta orden quien la llevó allí desde México.
La obra se debe al pintor mexicano Juan Correa. El templo alberga también otros cuatro cuadros del mismo autor, mostrando las apariciones previas de María a san Juan Diego. «Hay más cuadros en Roma» de la Virgen de Guadalupe, ha explicado a Rome Reports Javier Monroy, prior de esta comunidad de agustinos recoletos. Pero «son de un siglo después, de 1750, 1760, 1770».
Además, «son como los que solemos tener: cuadros de la Virgen». Es decir, «no exactamente pintando el evento, que aparezca san Juan Diego», como el que alberga esta iglesia. «Tenemos el orgullo de tener este cuadro que representa la fe del primer siglo del evento guadalupano», que llegó a Roma 141 años después de las apariciones.