Medio siglo sin Ángel Herrera Oria - Alfa y Omega

Medio siglo sin Ángel Herrera Oria

La ACdP, de raíz ignaciana, intentó formar seglares que compaginasen intensa vida de piedad con la presencia activa en la vida pública

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Ángel Herrera, en su época de seglar, durante un mitin en Valencia, en 1934. Fotografía cedida por la ACdP

Con motivo del cincuentenario de la muerte del cardenal Ángel Herrera Oria (Santander, 1886 – Madrid, 1968), se están celebrando estos meses diversos actos en varios puntos de España, recordando la figura pluridimensional del que fuera cofundador de la Asociación Católica de Propagandistas, dirigente de la Acción Católica Española, periodista de múltiples iniciativas con orientación católica y, tras su ordenación sacerdotal, presbítero en Santander, obispo en Málaga y príncipe de la Iglesia, tras ser creado cardenal por Pablo VI en la recta final del Concilio Vaticano II.

Se han previsto o están en trance de realización, materiales bibliográficos y audiovisuales que complementan las obras completas y monografías sobre su vida. También la confección de materiales pedagógicos sobre su persona que puedan ser asequibles a los 30.000 alumnos que cursan estudios en las obras educativas de la asociación. Relevancia especial tendrá un curso de verano en Santander, la peregrinación en octubre a la catedral de Málaga donde descansan sus restos mortales, una exposición itinerante y otras actividades propuestas desde y para quienes, dentro de las instituciones eclesiales, quieran sugerir.

Nacido en una familia numerosa, recibió una formación religiosa y humana muy esmerada en Valladolid, primero en el colegio de Lourdes de los Hermanos de la Salle y después en el San José de la Compañía de Jesús. Cursó Derecho entre las universidades de Valladolid y Deusto y ganó pronto por oposición una plaza en el cuerpo de abogado del Estado, que abandonó tras nueve meses de ejercicio en la Delegación de Hacienda de Burgos. Posteriormente, decidió dedicarse al periodismo en el periódico El Debate que, a partir de noviembre de 1911, dirigió con decidida vocación y la ayuda de la entonces Asociación Nacional de Jóvenes Propagandistas.

Desde el 3 de diciembre de 1909, Ángel Herrera Oria fue presidente de la asociación y, con una veintena de jóvenes, se dedicó a la propaganda católica por medio de mítines, conferencias y actos públicos en unos momentos de gran ofensiva laicista. La ACdP, de raíz ignaciana, intentó formar seglares que compaginasen intensa vida de piedad con la presencia activa en la vida pública. En esa labor de difusión Herrera Oria fundó muchas entidades y acogió y promocionó muchas de las que sus seguidores le presentaron. Por ejemplo la Biblioteca de Autores Cristianos, referencia indiscutible en la bibliografía católica; el Colegio Mayor Universitario de San Pablo (inaugurado en 1951), o residencias sacerdotales para evitar la soledad de religiosos y permitir la correcta formación homilética y conocimiento de la doctrina social de la Iglesia.

Consiguió abrirse camino en el ámbito periodístico ante una prensa liberal fuerte, acompañado por periodistas formados humana y profesionalmente en la práctica diaria y, a partir de 1926, en la pionera Escuela de El Debate, primera formación superior del periodismo español siguiendo pautas norteamericanas.

Iniciativas de Ángel Herrera fueron también la agencia de noticias Logos, que sirvió informaciones, artículos y documentación al grupo de periódicos adheridos a la Editorial Católica (EDICA). También creó el vespertino Ya, pero con unos contenidos más ligeros que el hermano mayor El Debate, y que consiguió salir a la calle después de la Guerra Civil hasta la consolidación democrática. Las escuelas de periodismo de la Iglesia en Madrid, Barcelona y Valencia son una muestra también de la fecundidad creadora de este periodista humanista al que la corporación profesional le concedió el título de periodista de honor.

Para dedicarse de lleno a la presidencia de la Acción Católica Española, Herrera dejó la batuta de El Debate en 1933 en manos de Francisco de Luis, por aquel entonces sin connotación política. Ángel Herrera aceptó el poder legítimamente constituido en la II República –eso creyó–, lo que le ocasionó bastantes malentendidos y disgustos durante el franquismo.

Un apóstol social

Ante la deriva anticatólica patente desde la quema de conventos de la primavera de 1931, promovió Acción Nacional, un movimiento de responsabilidad ante la nueva situación y se presentó con poco éxito a las elecciones de Cortes Constituyentes. Ese papel prepolítico que tuvo su actuación en la vida pública fue la causa de la diversidad de planteamientos políticos de sus miembros, militantes en distintas formaciones como la Derecha Regional Valenciana, la CEDA de Gil Robles o la militancia de algunos miembros en el nacionalismo. Después de 1939, con un buen número de propagandistas ministros, hubo también opositores al Movimiento y partidarios de la monarquía juanista.

Herrera Oria fue, desde su temprana dedicación a la Iglesia, un apóstol social, primero como presidente de la Acción Católica Española, luego como presbítero ordenado en Friburgo, más tarde ejerciendo el sacerdocio en la parroquia de Santa Lucía de Santander y también como obispo de Málaga tras su designación en 1947. Creó una escuela de aprendices en un modesto barrio santanderino hasta la dotación de 250 escuelas capilla en el campo malagueño, pasando por la promoción de viviendas sociales en Málaga, las Semanas Sociales, la gran Confederación Católica Agraria o la puesta en marcha de Cáritas en España. Además, quiso dotar de consiliarios y sacerdotes bien formados en doctrina social de la Iglesia para asistir a los seglares o laicos en un vocabulario actual, sin olvidar las Escuelas de Ciudadanía, Casas del Consiliario, Instituto Social Obrero, Instituto Social León XIII, residencias de sacerdotes y seglares con nombre de pontífices, el Patronato de Nuestra Señora de la Victoria, la Escuela Social Sacerdotal o el CEU, exponentes de una vocación de servicio a la Iglesia y a la sociedad.

Jesús Tanco Lerga
Coordinador de las actividades de la ACdP por el 50 aniversario de Ángel Herrera