«Me impactó ver a embarazadas que huían por el hambre» - Alfa y Omega

«Me impactó ver a embarazadas que huían por el hambre»

La Fundación Mutua Madrileña premia un proyecto impulsado por universitarios españoles en Atenas para atender a mujeres refugiadas y a sus familias

José Calderero de Aldecoa
Encuentro de mujeres refugiadas en el Enla Maternity Center. Foto: Mutua Madrileña.

Recién terminada la carrera, cuando a todo el mundo le llega el momento de emprender el vuelo en el ámbito profesional, la joven madrileña Marushia Monroy decidió aparcar su futuro para entregárselo a los demás. «En septiembre me fui a Grecia, a Atenas, a ayudar a los refugiados», cuenta.

Conoció el Enla Maternity Centre, que está impulsado por cinco ONG españolas, gracias a una amiga que había hecho un voluntariado allí. «Se trata de un centro de acogida para madres –y sus familias– donde se proporciona a los usuarios alojamiento y manutención, así como apoyo legal, educativo, psicosocial y sanitario hasta que puedan conseguir el asilo político y un trabajo con el que subsistir», explica. Y lo que se encontró le causó una honda impresión: «No era el primer voluntariado que hacía, pero me impactó ver a un montón de mujeres embarazadas, o con hijos muy pequeños, que habían tenido que huir de su país por la guerra o el hambre», asegura.

Muchas de ellas habían tenido que cruzar en patera ese Mediterráneo que se convierte en un destino vacacional o en la antesala del más allá en función de la orilla desde la que se inicie la navegación. La metáfora se encuentra en el nombre del proyecto, Construyendo puentes, que aspira a convertirse en una realidad entre las personas –refugiadas y acogedoras– y para que nadie más tenga que fallecer en el mar.

En cifras

90 personas, la mitad de ellas menores, son atendidas en el centro

8.803 migrantes llegaron a Grecia por mar o tierra desde Turquía en 2021

2.225 refugiados menores no acompañados están actualmente en Grecia

Actualmente, en el centro viven un total 90 personas, la mitad de ellas niños, y proceden de países como Afganistán, Siria, Irán y la República Democrática del Congo. «La verdad es que tienen una situación muy difícil. Hasta que no les conceden el asilo político solo pueden sobrevivir, y cuando les llega el documento se enfrentan a otras barreras como el idioma o la falta de oportunidades laborales», explica esta joven de 23 años, que se ha trasladado esta semana a España para recoger el primer premio de los Premios al Voluntariado Universitario –otorgados por la Fundación Mutua Madrileña y dotado con 10.000 euros–, que se entregarán este jueves.

Junto a Marushia, otros siete alumnos de distintas universidades españolas, tales como la Universidad Complutense de Madrid, la de Deusto o la Internacional de la Rioja, se han trasladado hasta Atenas para ayudar a estas mujeres y sus familias. «Cada una de nosotras tiene una formación y es la que ponemos al servicio de los refugiados», explica Marushia. Ella, por ejemplo, ha estudiado Comunicación Audiovisual y se encarga de las redes sociales y de la parte multimedia, aunque también ayuda en el refuerzo escolar de los menores. «Hay otra voluntaria que ha estudiado Trabajo Social, que colabora con el tema de la empleabilidad. También tenemos clases de inglés con una chica a la que se le dan bien los idiomas».