Más de 200 migrantes subsaharianos entran en Melilla tras saltar la valla
Ha sido una de las entradas más numerosas de los últimos tiempos. Del 1 de enero al 15 de julio habían llegado 626
Más de 200 migrantes subsaharianos —238 según la Delegación del Gobierno— han entrado en Melilla este jueves por la mañana tras superar la valla que separa la ciudad autónoma de Marruecos. Se trata de uno de los saltos más importantes de los últimos tiempos.
La dimensión de esta llegada se entiende mejor se tiene en cuenta que desde el 1 de enero y hasta el 15 de julio llegaron de manera irregular a la ciudad un total de 626 migrantes, todos a través de la frontera terrestre. En la primera quincena de julio lo hicieron 152 y, por tanto, durante este mes al menos han llegado 390.
Los migrantes portaban garfios y clavos en las botas, métodos habituales para conseguir superar las vallas. En el intento, varios han resultado heridos, al igual que tres agentes de la Guardia Civil, que sufrieron lesiones al intentar detenerlos.
Según explica a Alfa y Omega Josep Buades, coordinador del área Frontera Sur del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), estos saltos entran dentro de la normalidad y son habituales por estas fechas. También señala que no tendría que haber problema para que el Centro de Estancia Temporal de Extranjeros (CETI) pudiera absorber este grupo numeroso, pues la ocupación «está por debajo de su capacidad» al haberse producido salidas regulares. Eso sí, añade que si esta cifra de llegadas se repitiese cada semana, la situación sería muy distinta. Ya no habría sitio.
Aumento de migrantes procedentes de Sudán
Aunque no tiene datos sobre la procedencia de estos migrantes o si llevaban mucho o poco tiempo esperando en Marruecos para cruzar a Melilla, Buades advierte de un crecimiento de migrantes procedentes de Sudán, concretamente de la zona de Darfur, a los que se unen las habituales nacionalidades de África occidental.
Ante la posible difusión de mensajes contrarios a los migrantes, explica que «es normal que indigne que un Guardia Civil esté herido por un garfio», pero añade que hay que tener en cuenta todo lo que viven estas personas. «Lo intentan muchas veces, los golpean muchas veces y solo alguna veces consiguen llegar», concluye.