Más de 2.400 muertos en un terremoto en Afganistán
Mientras los ojos del mundo están puestos en Oriente Medio, la desgracia se ensaña con el pueblo afgano sin apenas repercusión internacional
El terremoto se produjo este sábado en el oeste de Afganistán, a unos 40 kilómetros de la ciudad de Herat, y tuvo una magnitud de 6,3 grados. Afectó sobre todo a 13 aldeas donde las sencillas construcciones de ladrillo y barro no soportaron la sacudida a la que siguieron varias réplicas de considerable magnitud. Los terremotos se sintieron incluso en Pakistán o en la India.
El gobierno talibán cifra los muertos en más de 2.400 mientras que los heridos serían alrededor de 9.000. Hay gente que todavía está sepultada entre los escombros de lo que hasta hace unas horas eran sus hogares. La Media Luna Roja o la Organización Mundial de la Salud estarían sobre el terreno aportando ayuda humanitaria a los damnificados. Médicos sin Fronteras ha reforzado su presencia en la ciudad de Herat para atender a los heridos. Porque no quedan demasiadas organizaciones humanitarias en el país tras la llegada al poder de los talibanes y sus draconianas normas contra estas organizaciones tales como impedir trabajar a las empleadas mujeres.
Tragedia olvidada
La administración talibán, a través de una publicación en X de su portavoz, Zabiullah Mojahid, asegura que ha enviado a diez equipos de rescate a la zona donde los afectados han tenido que retirar los escombros con sus propias manos para intentar salvar a las víctimas.
El recrudecimiento repentino de la violencia entre Israel y Palestina ha relegado de los reflectores internacionales la enésima desgracia de un pueblo cada vez más pobre y sometido. Según la ONU, más de 30 millones de afganos viven bajo el umbral de la pobreza en un país con unos 40 millones.