María Guerrero: «Recuerdo a un chico que gracias a la orquesta se desvinculó de las pandillas» - Alfa y Omega

María Guerrero: «Recuerdo a un chico que gracias a la orquesta se desvinculó de las pandillas»

Con formación jurídica y empresarial, Guerrero –que fue incluida en la lista Top 100 Mujeres Líderes en España– dejó todo para fundar Acción por la Música después de un voluntariado en África. «No buscamos talento para extraerlo de su entorno y llevarlo a otro sitio para que brille, sino que tratamos de transformar la realidad social y humana de las personas que atendemos», relata. Este sábado participa en el congreso de Escuelas Católicas

José Calderero de Aldecoa
María Guerrero. Foto: Acción por la Música.

Entre el nutrido grupo de expertos que participan estos días en el XVII Congreso de Escuelas Católicas, que se celebra en el en el Hotel Marriott Auditorium de Madrid bajo el lema Ser, estar, educar…con nombre propio, se encuentra María Guerrero. En 2013 fundó la Fundación para la Acción por la Música, una entidad que busca empoderar a jóvenes en riesgo de exclusión social a través de la música. Como presidenta ejecutiva, Guerrero también lidera la Red Música Social y la Orquesta Infantil Nacional de Inclusión y es profesora de Liderazgo en ICADE. La presidenta de Acción por la Música, que participará este sábado en el bloque del congreso titulado Educar transforma, fue incluida en su momento en la lista Top 100 Mujeres Líderes en España y en la de Los 25 Españoles más influyentes del Tercer Sector. Doctorada en Administración de Empresas, cuenta con varios posgrados en Liderazgo e Innovación Social.

¿Cómo surgió la fundación? ¿Hubo algún caso que la empujara a montarla?
Yo era abogada. No tenía nada que ver con este mundo, salvo que siempre me ha gustado mucho la música. Aunque de pequeña no me cogieron en el coro del colegio, siempre me había gustado. Y se convirtió en algo muy importante para mí desarrollo a lo largo de vida. Años después hice un voluntariado en Santo Tomé y Príncipe, en África, donde tuve una experiencia muy potente: con la gente a la que estábamos ayudando, quizá lo más importante que hacíamos con ellos era cantar al final de cada día. Cuando cantábamos pasaba algo. Se reordenaban nuestras relaciones, entrábamos todos en un lugar de dignidad y de disfrute y, desde ahí, sentíamos que se llenaban nuestras energías para el día siguiente. Claro, imagínate. Vas a un sitio a hacer cosas útiles por las personas y te das cuenta de que lo más importante que has hecho es algo tan inútil como cantar. En ese momento percibes que ahí hay algo más. Después de aquello vi un documental sobre el sistema de orquestas del maestro Abreu y ya dije «es esto». Ahí me di cuenta de que esa era una manera sistemática de generar experiencias como la que yo había vivido y me di cuenta de que, dignificando a las personas, las podía impulsar. 

¿Cuál es el perfil de los chicos que atienden?
Hay mucha diversidad y quizá esa diversidad es la características. Son familias que dedican muchísimas horas a trabajar, pero que no generan los recursos necesarios para que sus hijos puedan estar bien cuidados. Hay, por ejemplo, bastantes familias monomarentales, con varios hijos. Dentro de este tipo de familias monomarentales, como se indica en el informe FOESSA, hay un 16 % que viven en pisos compartidos porque no pueden pagar una vivienda propia, así que ni siquiera la casa es un espacio totalmente seguro. Por lo demás, son chavales estupendos, con muchas ganas de aprovechar. Nos damos cuenta de que vienen con muchísima motivación.

¿Me puede relatar algún caso de éxito?
Hay un caso particular, que es el de un chaval que cuando empezó con nosotros estaba vinculado a las pandillas. Gracias a la orquesta, se enganchó a la vida y se desvinculó de las bandas. Ahora es un chico que en el mes de enero estuvo en China de gira, es violinista y es una persona completamente reformada. Además, es un referente para todos sus compañeros y para los niños de su colegio. Una especie de héroe en su comunidad. 

¿Cómo es la dinámica del proyecto?
Es una extraescolar voluntaria y gratuita que se ofrece en los centros educativos a continuación de la jornada. Eso es lo que permite conciliar mejor a las personas que tienen que cuidar de sus hijos y trabajar. Y luego algo muy importante es que dan conciertos desde el principio. Eso lo que hace es que siempre tengan un reto de un concierto en el que van a tener que dar lo mejor de sí mismos.

¿La música tiene poder para cambiar a las personas?
La música en sí misma es una herramienta. Depende de para qué fin se emplee. Sí es cierto que la música nos permite trabajar con el mundo de valores y trabajar en un lugar donde las personas se sienten libres y se apoderan de su vida. Cuando están tocado, si les preguntas qué sienten en ese momento, suelen decir: «Me siento libre». Esa libertad es señal de que van a un lugar de su espíritu, de su capacidad de pensamiento, de su mundo de valores, donde pueden tomar distancia de la realidad y donde pueden recrearla, donde pueden transformarla, donde pueden ellos mismos nutrir ese mundo de valores. Es el mundo de lo ético. En ese espacio sientes que se ordena la vida y tu relación con el mundo. Y el hábito de estar viviendo eso, lo que hace es fortalecer los recursos de las personas y las comunidades para desarrollar esa armonía en sus vidas y en sus entornos. Entonces, los chavales y las familias se convierten también en líderes que buscan generar transformación y belleza a su alrededor. 

También es cierto que todo esto tiene que ver con cómo trabajamos nosotros. Acción por la Música no busca talento para extraerlo de su entorno y llevarlo a otro sitio para que brille. No es eso. Lo que estamos buscando es tratar de transformar la realidad social y humana de las personas que atendemos; generar desarrollo humano.

Habla de líderes. Precisamente usted fue nombrada una de las Top 100 Mujeres Líderes en España y en la de Los 25 Españoles más influyentes del Tercer Sector. ¿Qué suponen para usted estos reconocimientos?
Bueno, estos reconocimientos, como todo lo que genera visibilidad en nuestra sociedad, no siempre se dan a quien más lo merece. De hecho, no representa que yo sea mejor líder que el resto de la gente. Lo que sí creo que reconoce es la importancia del esfuerzo que estamos haciendo desde Acción por la Música. Esto es importante y valioso y es algo a lo que se le quiere dar cada vez más legitimidad y más peso. Mayor confianza social. Yo lo recibo como la confianza que la sociedad está depositando en mí y en todos los que somos el equipo de Acción por la Música.