María del Prado Camacho: «El futuro está en la Formación Profesional» - Alfa y Omega

María del Prado Camacho: «El futuro está en la Formación Profesional»

Fran Otero
Foto cedida por María del Prado Camacho.

La hermana María del Prado Camacho, religiosa de María Inmaculada, es la directora de Formación Profesional del Centro educativo López Vicuña, en el barrio de San Blas de Madrid. Allí, como les enseñó su fundadora —que da nombre al centro—, religiosas y profesores se desviven para formar de manera integral a sus alumnos, desde Infantil al Grado Superior de FP. Especialmente a los que llegan con más carencias.

¿Qué tiene que ver la FP con el carisma de la congregación?
La preocupación de nuestra fundadora, María Vicenta López Vicuña, siempre ha sido la promoción de los jóvenes. Nacimos en el contexto de la revolución industrial, cuando muchas chicas tenían que trasladarse del campo a la ciudad para trabajar en el servicio doméstico. Nuestra fundadora se ocupó de ellas. Quería que aprendieran a leer, a escribir y a hacer cuentas, que no era ninguna tontería, sino la llave de su libertad. También que realizasen su trabajo de forma profesional: si iban a trabajar en casas, había que enseñarles a limpiar, a hacer la comida… Desde entonces, nos hemos ido adaptando a las distintas realidades para promocionar a los jóvenes.

Llevan desde los años 60 en el barrio de San Blas, uno de los más desfavorecidos de Madrid. ¿Cómo es el perfil de sus alumnos?
Vienen de familias muy sencillas y condicionadas por un ambiente socioeconómico que las ponen en el umbral de la exclusión. Son jóvenes con potencialidad, pero con carencias afectivas, económicas, familias, organizativas, de valores…

¿Cómo ayuda la FP a los alumnos que han abandonado los estudios?
Hay chicos que llegan renqueando o rebotados a la FP Básica [para jóvenes que no han terminado la ESO] y luego pasan al grado medio, luego al superior, y terminan en la universidad. Los hay y muchos. Se les nota mucho el fracaso y tienen conductas disruptivas, pero cuando enganchan es fantástico. Desde el primer día están haciendo lo que les gusta: enfermería, informática…

Entonces ayuda a rescatar alumnos que han fracasado.
Y los rescatas. La labor más importante de esta etapa es la personal. Las personas vienen muy rotas y lo primero que hay que hacer es sanarlas. Tienen que encontrar un sitio donde estar a gusto afectivamente para, desde ahí, seguir adelante.

Casi es más importante que el contenido curricular.
Si la persona está rota, lo académico no le importa. Si no construyes a la persona, no puedes construir los contenidos. Lo primero es la persona, y es algo que nos distingue como centro.

¿Cómo ve el futuro de la FP?
El futuro está en la Formación Profesional. Es una formación eminentemente práctica, y en un mundo que cambia tan rápido y en el que es necesario responder rápido, hay que ser prácticos.

Termino con una curiosidad. ¿Qué hace su centro en una unidad pastoral con otras cuatro parroquias?
Las parroquias están sin jóvenes y nosotros tenemos jóvenes que no van a la parroquia. Desde la pastoral hemos abierto la puerta a las parroquias. Además, este año tenemos un proyecto bonito desde la Formación Profesional.

Cuénteme…
Por la pandemia, muchos de los chicos que cursan la formación de atención a personas en situación de dependencia no tenían sitio para hacer las prácticas, pues algunas instituciones no las ofertaban. Así que decidimos que las hiciesen a través de un proyecto en el barrio. Hablamos con los párrocos, les pedimos un listado de personas mayores solas que no pudiesen salir de casa y los alumnos están haciendo teleasistencia. Además, han puesto en marcha un programa de envejecimiento activo en las parroquias para trabajar la movilidad física y la memoria.