Marcha por la Paz: «Las religiones no tienen nada que ver con el terrorismo»
Siete religiones y confesiones cristianas salen a la calle en Cáceres «para decir al mundo que las religiones somos un signo de reconciliación en medio de todo lo que está pasando»
«Salimos a la calle desde hace 23 años para decir a la sociedad y el mundo que las religiones quieren la paz, que somos un signo de reconciliación en medio de todo lo que está pasando», afirma María José Sánchez, delegada de Relaciones Interconfesionales de la diócesis de Coria-Cáceres. Su Delegación es una de las organizadoras de la vigesimotercera edición de la Marcha por la Paz, junto a la Comunidad Islámica de Cáceres, la Comunidad Bahá’í de Extremadura, la comunidad budista El Olivar del Buda y, en esta ocasión por primera vez, la Iglesia evangélica El Puente, Juventud con una Misión Cáceres y la parroquia ortodoxa rumana de Plasencia y Cáceres.
La iniciativa, que recorre cada año el centro de la ciudad, tendrá lugar el sábado a las 18 horas. Todo surgió en el año 2001, tras el atentado a las Torres Gemelas. «Habían tenido lugar signos de islamofobia hacia musulmanes que no tenían nada que ver con estos hechos, y entonces los jóvenes de una de nuestras parroquias decidieron hacer algo», explica María José Sánchez.
La delegada de Relaciones Interconfesionales señala que, hoy como entonces, «las religiones no están relacionadas con el terrorismo», y llama la atención sobre los conflictos olvidados por los medios de comunicación: «Hoy hay más 50 guerras y conflictos que afectan a 92 países, que se dice pronto. Sudán, Birmania, Laos, Yemen, Honduras, Haití… Hay muchos lugares en todo el globo cuyos habitantes no pueden vivir en paz», lamenta.
Pero la reivindicación de la marcha interreligiosa no acaba ahí. Siguiendo con el lema de este año, La paz empieza aquí y ahora, Sánchez pone el acento «también en nuestro entorno, en el que puede haber riñas, peleas y conflictos con los más cercanos, compañeros de trabajo, familiares…». En este sentido llama a «elegir la paz en nuestro día a día, como una decisión personal, aparte de que la paz es también un don de Dios».