Estudio de UNIR sobre presencia del clero en redes sociales: «Internet está para más que anunciar Misas»
El investigador de la UNIR publica un trabajo sobre la presencia de los sacerdotes en redes sociales. «Su actividad es insuficiente» y están en las redes equivocadas
Partiendo de una encuesta a 556 sacerdotes españoles y 710 iberoamericanos, el profesor de la UNIR Manuel Fandos ha publicado un estudio sobre la Presencia del clero español y latinoamericano en redes sociales, en el que indica que, a pesar de que el magisterio propone este espacio como lugar de evangelización, «su actividad es insuficiente y se centra en redes cada vez menos frecuentadas por los jóvenes y adolescentes».
¿Cómo están usando los sacerdotes las redes sociales?
Hay de todo. Los hay trabajando mucho y muy bien. Estos canales permiten transmitir mensajes e información, pero los sacerdotes deben saber que sus posibilidades van mucho más allá de simplemente anunciar el horario de Misas. Internet es un espacio de inculturación de la fe y de evangelización.
¿Hay entonces margen de mejora?
Creo que las pueden usar de otro modo y con más profundidad. La mayoría de los presbíteros utilizan sobre todo Facebook, y hay quien traslada ahí no solo la información, sino que también genera comunidad y espacios de reflexión y experiencia de Dios, y eso es bueno. Lo que pasa es que buena parte de los jóvenes y adolescentes está en Instagram. Si tienes una buena tecnología y el mejor de los mensajes, pero lo vuelcas en un entorno en el que no están los jóvenes a los que te quieres dirigir, entonces hay algo que está fallando.
¿Qué más problemas observa?
Hay un problema con el lenguaje. Si yo hablo de salvación, un adolescente estará pensando en guardar un documento [risas]. Si hablo de seguidores y discípulos, el chaval pensará en followers. Los jóvenes hoy están en otra frecuencia. No podemos dar por hecho que lo que yo digo el otro lo entiende igual que yo lo pienso. Y hay otro riesgo más: tratar de hacerte el moderno sin serlo, porque puedes acabar haciendo el ridículo.
¿Dónde está el equilibrio entonces?
En pensar que las cosas se pueden hacer de otra manera sin que sufra el mensaje. Lo que cambia es el modo de presentarlo y hacérselo llegar al otro. El reto es hablar a los jóvenes en su idioma.
¿Cree que es posible evangelizar en unas redes sociales de contenidos cada vez más efímeros?
Los chavales básicamente están en nuevas redes como TikTok y sobre todo en Instagram. Uno de los éxitos de esta red social es el uso de stories, mensajes de vida corta. Puede parecer que no, pero sí es posible evangelizar ahí también. Dios puede estar presente en esos momentos líquidos. Solo hay que hacer un esfuerzo para evangelizar en estas nuevas circunstancias. En el Imperio romano había unos desafíos, hoy hay otros. El canal y el lenguaje cambian, y merece la pena darles una vuelta sin descartar nada.
Eso exige a los sacerdotes un esfuerzo, sobre todo a los mayores…
Hoy la generación del baby boom debe evangelizar a la generación Z. Es un salto muy grande, no solo para los sacerdotes. Pero no es un problema de edad, sino de actitud personal, de ser conscientes de la necesidad de avanzar con los signos de los tiempos.
¿La pandemia está acelerando este proceso de toma de conciencia?
Muchos han visto una posibilidad en este mundo digital. Hay cosas muy buenas en internet y en redes. Algunos sacerdotes están descubriendo que pueden hacer cosas que antes no se habían ni planteado.
La mejorable presencia de los sacerdotes en redes sociales influye «en la desafección que se intuye en muchos jóvenes y adolescentes hacia el mensaje cristiano», afirma Fandos. Sin embargo, hay otros que logran evangelizar con éxito en el continente digital.
Fray Abel de Jesús
Carmelita youtuber
Se define como «semiabstemio digital», pero los vídeos de este carmelita acumulan miles de reproducciones. «Yo era enemigo de la tecnología y criticaba a los curas y monjas que estaban en internet, pero hubo un momento en que sentí claramente que el Señor me estaba llamando a evangelizar en YouTube». Se metió hace un año en esa aventura y hoy está «contentísimo, porque de verdad siento la comunión de los santos en la red».
Joaquín Hernández
Sacerdote en Instagram
Este sacerdote diocesano de Madrid eligió Instagram «porque toda la gente joven que conocía estaba ahí». Eso le ha permitido contactar con muchas personas» y, aunque el volumen de mensajes que recibe es «desmesurado», siempre puede «dar un consejo o empezar a guiar a alguien». Es consciente de que «las redes ayudan», pero la evangelización «es un proceso más largo que exige la presencia física y la pertenencia».
José María Rodríguez Olaizola
Jesuita en Twitter
Twitter es un foro dialéctico que Rodríguez Olaizola afronta siempre de manera constructiva. Esta red social «es para mí una ventana abierta, un puente a muchas realidades y personas» afirma. «¿Por qué estoy? Por informarme, por ver lo que se mueve, y para compartir una manera de ver la realidad y la fe. A veces me saca de quicio y me agota, pero creo que hay que seguir, haciendo vida lo de ir a todo el mundo y anunciar el Evangelio».