Manos Unidas apuesta por la juventud
Inicia un proceso de trabajo y reflexión que busca incorporar a más jóvenes en el desarrollo de su misión
Lucía Buj, 32 años y natural de Valencia, conoció a Manos Unidas en su colegio. A pesar de que tenían una ONG propia, siempre se hacían las campañas de esta organización. Recuerda con cariño el día que fueron a contar un cuento, que luego sortearon, y que le tocó a ella. Fue el comienzo de una historia que, años después, la llevaría a ser voluntaria –el mismo libro que le regalaron estaba en la sede el día que fue a enrolarse– y hoy a formar parte de los trabajadores de esta organización. En 2015 recibió la invitación para participar en los actos de la sociedad civil ante el cambio climática y de hecho terminó asistiendo a la reunión del clima, la COP21 de París. «Manos Unidas me ha ofrecido una vía para actuar e implicarme en problemas que me preocupan», reconoce en conversación con este semanario.
Buj es una de las jóvenes, que las hay, que o bien trabajan o hacen voluntariado en la organización de la Iglesia que se dedica fundamentalmente a la ayuda al desarrollo, aunque no son todos los que se desearía. Por eso, Manos Unidas ha abierto un proceso de reflexión, en el marco del Sínodo de Obispos sobre los jóvenes que se celebrará el próximo año, para reactivar la participación de este sector tan importante. Se quiere implicar a consiliarios, a las delegaciones diocesanas, a las parroquias… «Estamos contactando con asociaciones y movimientos en las diócesis para hacer un trabajo de difusión de lo que es y significa Manos Unidas. Además, estamos proponiendo colaboraciones con universidades para que jóvenes puedan hacer prácticas con nosotros y otro tipo de experiencias que puedan implicarles», cuenta Ricardo Loy, secretario general de Manos Unidas.
Respuestas al Sínodo
Durante las Jornadas de Formación que se celebran este fin de semana en El Escorial y en las que participa el cardenal Peter Turkson, el tema ocupará un lugar central. Se compartirán las respuestas que los jóvenes de Manos Unidas han dado a las preguntas planteadas por un cuestionario para ver, en un primer momento, cuál es la realidad de los jóvenes que están en Manos Unidas y luego para plantear medidas de cara incorporar a más gente joven.
Lucía cree que la clave principal para acercarse a los jóvenes de hoy es tener «una actitud abierta y de escucha». Y añade: «Los jóvenes tienen mucho que decir. En esta etapa se plantean muchos interrogantes, se busca un camino a seguir, y no se conocen las opciones que hay. Por eso es importante estar presente, darte a conocer y tener una escucha activa. Se trata de favorecer espacios de encuentro y diálogo».
Ricardo Loy insiste también en la importancia de darse a conocer en parroquias, en movimientos, en grupos… «No se trata de que se impliquen simplemente para dar dinero, sino para tomar parte en nuestras acciones. Por ejemplo, en Manos Unidas estamos obligados a hacer un trabajo de sensibilización, de dar a conocer los problemas que hay en el mundo. Nuestra idea es que, poco a poco, se vayan incorporando más jóvenes y que se les atienda y cuide en las delegaciones; que conozcan el trabajo que hacemos y, de alguna manera, lo vean como una concreción de ser creyentes. Porque tenemos una responsabilidad con el resto de la sociedad».
Hay una dificultad añadida en el caso de Manos Unidas, pues sus proyectos los realizan con socios locales y, por tanto, los jóvenes no se podrían sumar a acciones concretas. «Forma parte de nuestra manera de trabajar. Si tenemos un proyecto en Colombia, lo hacemos con una organización colombiana. No somos tutores ni padrinos; vamos a colaborar en igualdad. Unos hermanos de España que ayudan a hermanos de Colombia», explica el secretario general. Él es partidario de analizar cómo se podría adaptar su funcionamiento a las inquietudes de los jóvenes, aunque cree que hay que hacerlo con cuidado.
Las jornadas de este fin de semana, a las que se unirán los consiliarios de toda España, tienen, además, como objetivo animar a la organización y a sus miembros, y tomar impulso respecto a los retos pendientes. «Que nos encontremos gente de toda España para trabajar y compartir es un acicate para todos», concluye el secretario general de Manos Unidas.