Manolo Garrido: «He procurado rezar, respetar y cuidar a cada colega»
Alejado ya de la primera línea, los últimos 21 años son toda una experiencia para este periodista ovetense que ha dedicado ese tiempo a la dirección de la Oficina de Información del Opus Dei. Antes ocupó otra etapa similar en Torreciudad. La información desde el otro lado, pero como servicio a la Iglesia y a la Obra. Los medios especializados tienen a Garrido como referente y su profesionalidad se ha convertido en cariño. Ahora le toca afrontar en primera persona una noticia de esas que cambian la vida. El 29 de septiembre le diagnosticaron ELA.
Recogiendo sus palabras, esto es una «gran lección de vida» que te obliga a «armar cabeza y corazón para ir a por todas». Valiente en la enfermedad como lo ha sido en su carrera.
Bueno, no te creas eso de la valentía, porque no acabas de asumirlo; la evolución es un interrogante y dejas de hacer muchas cosas que no valorabas. Tengo que vivir al día y plantearme retos alcanzables. Con la rebeldía vienen los temores y, a la vez, sientes cómo la fe te ayuda. La limitación y la dependencia conviven con mucho cariño y afecto por parte de Dios, que es Padre; por parte de familia y tantos amigos y por parte de los médicos. El prelado del Opus Dei me ha escrito una carta preciosa, muy sugerente, para ver la enfermedad como oportunidad para profundizar en la cruz. Gracias a Dios estoy muy acompañado. Pero es un reto complicado.
Han saltado proyectos por los aires.
Te planteas la importancia verdadera de muchas cosas y de lo que realmente vale la pena, todo se redimensiona. Sigo implicado en proyectos de comunicación y quiero seguir ayudando. Hay varias iniciativas solidarias, asistenciales y educativas en las que colaboro, como Tajamar, Harambee o Torreciudad. Y espero tener fuerzas para seguir. Pero sí, voy a otra velocidad, que te permite valorar las cosas como regalos. Sigo la actualidad y vivo más que nunca de pód-cast entre fisioterapia y ejercicios.
A lo largo de su trayectoria profesional le ha tocado vivir momentos de intensa actividad periodística. ¿Cómo ha vivido las últimas noticias relacionadas con el Opus Dei?
Cada noticia es una oportunidad para escuchar y aprender, sopesando y contrastando. Son un reto para hablar con los colegas, para mostrar lo que haces, para responder sus preguntas. Lo relativo a los estatutos lo veo como una oportunidad de explicar el carisma fundacional, de confirmar un inequívoco sentir con la Iglesia y el Papa.
¿Cree que en la información religiosa hemos utilizado titulares para confrontar en lugar de tender puentes?
Me parece que la información sobre la Iglesia requiere una perspectiva que considere en primer lugar su origen y fin sobrenatural, junto a las actuaciones de quienes la formamos, que pueden estropear las cosas y escandalizar. Creo que a veces se puede politizar o adaptar esa información eclesial a parámetros que son más de bandos y luchas. Nos hace falta estudiar y cierta especialización, como lo haríamos con otros contenidos que exigen cierta preparación. Yo he querido colaborar en dar a conocer la vida de la Iglesia, en el día a día y en ocasiones de mayor interés global, ayudando a hacer amable su rostro.
Al frente de la Oficina de Información del Opus Dei ha vivido la canonización de san Josemaría, la beatificación de Álvaro del Portillo y también la de Guadalupe… Una oportunidad de abrir al mundo qué es la Obra.
Me impresionó el interés internacional en países y personas tan diferentes y compartí la gozada de transmitir la riqueza de la fe a tantos compañeros y medios informativos.
Aunque le quede mucho por seguir aportando al periodismo y a los periodistas que seguimos la información eclesial,¿qué balance haría de su paso por el gabinete de esta institución?
La realidad de la oficina es que casi hablas más de la Iglesia y de temas actuales que del propio Opus Dei. Hemos procurado ser útiles a los medios, atendiendo peticiones u ofreciendo expertos y eventos de documentación. He intentado trasladar muchas iniciativas de servicio a la sociedad que son impulsadas por fieles de la prelatura y que merecen difundirse. Y esto codo con codo con las demás instituciones de la Iglesia. Ah… y he procurado rezar, respetar y cuidar a cada colega.