Malta recibe al Papa con 150 familias dispuestas a acoger migrantes - Alfa y Omega

Malta recibe al Papa con 150 familias dispuestas a acoger migrantes

Francisco concluirá su visita al país en el Peace Lab de Hal Far, fundado por un franciscano en lo que ahora es el centro neurálgico de la migración en la isla mediterránea

María Martínez López
Charles Scicluna, arzobispo de Malta, durante una reciente visita al Peace Lab. Foto: Cáritas Malta.

Sobre el aeródromo de Hal Far, en Malta, cayeron durante la Segunda Guerra Mundial 2,3 toneladas de bombas alemanas e italianas. El franciscano Dionysius Mintoff no podía haber elegido mejor lugar para fundar en sus inmediaciones, hace 30 años, el Peace Lab (Laboratorio de Paz) Juan XXIII. Su acierto también le permitió estar ahí cuando Hal Far, un lugar apartado al sur de la isla, comenzó a convertirse en el centro neurálgico de la inmigración. Donde hoy se levantan un centro de detención y cinco centros abiertos para 2.000 personas, el Peace Lab viene demostrando desde 2002, con una residencia para 45 migrantes y tres consultas médicas, que otra acogida es posible.

El centro es el lugar elegido por el Papa para concluir, este domingo, su visita a Malta. Allí, Francisco se reunirá en privado con una familia migrante. Luego, ya durante el acto público, escuchará a varios más. Entre los 120 asistentes, habrá residentes del Peace Lab y de dos de los tres centros que gestiona la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Maltesa en otros puntos, en los que ahora viven 70 personas. «Algunos tienen la esperanza de que algo cambie» con esta visita y se reduzcan los obstáculos para los migrantes, explica el padre Anton D’Amato, responsable de la comisión. Otros son más escépticos. ¿Y la Iglesia? «Esperamos que al menos sea un signo de esperanza que luego dé fruto».

Malta
Población:

461.000 habitantes

Religión:

Católicos, 85,2 %; otros cristianos, 7 %, y musulmanes, 2 %

Por ejemplo, a través del último gran proyecto de la Iglesia en este ámbito: Kenn, Refugio. Arrancó con la Cuaresma, y busca que familias maltesas acojan en casa a familias migrantes. Están procesando los 50 primeros ofrecimientos, y hay otros 100 en espera. «Algunos llegaron por la crisis en Ucrania», pero también hay bastantes familias que «están abiertas a todos», aplaude D’Amato.

Baja la presión

La presión migratoria en Malta se ha reducido desde 2019. Ese año, el Gobierno alcanzó un polémico acuerdo con Libia para que sus Fuerzas Armadas se coordinaran con los guardacostas libios para combatir la inmigración ilegal. Según ACNUR, en 2021 llegaron a la isla 832 migrantes por mar, una cuarta parte de los 3.406 de 2019. En el mismo período, el número de solicitudes de asilo por millón de habitantes se ha reducido a la mitad. «El proceso a veces resulta muy largo, pues algunos esperan dos años o más», lamenta D’Amato. En los últimos tiempos los plazos se han acortado. «Pero eso no significa que sea mejor: a veces las solicitudes no se procesan de forma adecuada antes de ser rechazadas». En 2021 solo se aceptó el 8 %, frente al 13 % del año anterior.

Dionysius Mintoff, fundador del Peace Lab, está a punto de cumplir 91 años. Foto: Cáritas Malta.

Para quienes están en el país de forma irregular, o entraron legalmente pero han perdido su permiso de residencia al dejar su trabajo o ser despedidos, otro obstáculo es verse abocados a trabajos precarios en condiciones indignas, y sin cobertura social ni sanitaria. Por ello la Comisión de Migraciones, además de las plazas de alojamiento, les ofrece sobre todo asesoramiento legal y ayuda material directa. «En el futuro esperamos poder ofrecer más servicios, sobre todo en educación, para que la Iglesia se convierta más aún en una campeona de la hospitalidad», subraya el sacerdote.

Confía también en que esta actitud siga calando en los fieles. Malta es oficialmente católica, pero «eso no significa que todo el mundo vaya a Misa» (la asistencia ha caído del 75 % de la población en 1982 a un tercio actualmente), «ni que todos sean acogedores». La política migratoria del Gobierno, cree el responsable de Migraciones, responde al rechazo de «una parte de la población». No sabe cómo de mayoritaria. Pero el sábado pasado, en las elecciones generales anticipadas, el Partido Laborista consolidó su mayoría con un 55 % de los votos.

Catacumbas de San Pablo, bajo la basílica homónima en Rabat. Foto: James Stringer.

D’Amato afirma «entender» el recelo ante los migrantes, que atribuye al «miedo» y a la «falta de información». Pero asegura que la situación migratoria en el país «es manejable si se destinan los recursos adecuados, sobre todo a la integración». Además, subraya, «en último término es una cuestión de humanidad». Por eso cree que «hace falta hablar más» sobre esta realidad, «y conocer a los migrantes para entender su historia y su situación». Es uno de los objetivos de su proyecto de acogida en familias. ¿Lo conoce el Papa? «Estoy seguro de que alguien se lo dirá».

Historia y sinodalidad

Tras los primeros encuentros con las autoridades a su llegada a Malta, el Papa Francisco se dirigirá el sábado por la tarde a la isla de Gozo, para un encuentro de oración en el santuario mariano de Ta’ Pinu. Al día siguiente se encontrará con los desfavorecidos en otro lugar igual de emblemático: las catacumbas de San Pablo en Rabat, donde se cree que estuvo el apóstol tras naufragar en Malta. «No solo se han convertido en un símbolo del comienzo de la fe cristiana en nuestras islas», sino que también son «un lugar que destaca la reconfiguración de la Iglesia en circunstancias históricas cambiantes», asegura Jimmy Bonnici, secretario del episcopado y miembro del comité organizador.

Del mismo modo, Ta’ Pinu, foco de la religiosidad popular, subrayará «la forma especial del Papa de escuchar y acoger la fe de la gente». Este estilo «puede convertirse un paradigma del camino sinodal» que la Iglesia en el país comenzó en 2020. Las reflexiones e iniciativas que están surgiendo de este proceso «deberían llevar a una forma renovada de intentar llegar a los otros y compartir la fe en la cultura contemporánea».