«Madrid ha decidido hacer cultura del encuentro»
«El amor al prójimo muestra el valor que damos a Dios», aseguró el cardenal Osoro durante la Misa de la Almudena. En el mismo acto, Manuela Carmena mostró su apoyo a la campaña Pactos que Salvan Vidas y a la Mesa por la Hospitalidad de la diócesis
La Virgen de la Almudena paseó el viernes sus mejores galas por el centro de Madrid. La fiesta de la patrona de la archidiócesis tenía este año un toque especial, al ser la del Año Mariano convocado con motivo del 25º aniversario de la consagración de la catedral. La acompañaron cientos de fieles, chulapos y grupos folclóricos representando también a los madrileños nacidos en otras regiones de España.
Ahora, pasados los días grandes, la Almudena sigue muy presente en dos lugares de la capital. Aunque a su modo: de manera discreta. Son los comedores sociales de las parroquias de San Bruno y de San Ramón Nonato, que durante varias semanas se beneficiarán de la generosidad de los madrileños que acudieron a la plaza de la Armería, anexa a la catedral, para ofrecer a María sus flores y alimentos no perecederos.
No es el primer año que el comedor de San José, en San Ramón Nonato, se beneficia de esta campaña. «Los alimentos se destinan a los comedores que menos recursos y apoyos pueden tener. La Virgen elige a sus pobres. Y nuestra parroquia es muy humilde, no tiene capacidad para sostener el comedor. De hecho, sale adelante por los donativos de gente del barrio y de los mismos voluntarios», explica José Manuel Horcajo, el párroco. La ofrenda a la Almudena cubrirá sus necesidades de alimentos no perecederos durante cerca de un mes.
Por San José pasan cada día unas 300 personas «y subiendo»; incluidos los residentes de los seis pisos donde la parroquia acoge a mujeres embarazadas y con niños, hombres en riesgo de exclusión y –una novedad desde este verano– refugiados africanos. «Entre los usuarios hay gente que está en la calle, que vive en alguna habitación en este barrio», Vallecas; o que hace algún trabajo esporádico por la zona. «El 30 % o el 40 % de los usuarios son fijos, porque sus situaciones están cronificadas».
Horcajo reconoce que los usuarios no son conscientes de dónde procede la comida de estos días. Pero «cada día rezan por los benefactores, aunque no los conozcan»; unas oraciones en las que están incluidos todos los madrileños que llevaron sus ofrendas. «Cuando me dan las gracias, les digo que no me las den a mí, sino a toda la gente anónima que los ayuda».
Apoyo a campañas de la diócesis
En la Misa de la Almudena celebrada en la plaza Mayor el viernes, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se refirió a todos aquellos que «están tratando al que tienen a su lado como imagen misma de Dios»: parroquias, sacerdotes, religiosos, laicos de todas las edades, y también «hombres y mujeres de buena voluntad que, a lo mejor, no han sido encantados aún por Jesucristo». «La ciudad ha tomado la decisión de hacer la cultura del encuentro», subrayó el cardenal, en presencia tanto del presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, como de la alcaldesa, Manuela Carmena.
El texto preparado por esta última para renovar el tradicional Voto de la Villa estaba en sintonía con las palabras del arzobispo. De hecho, mostró el apoyo explícito del Ayuntamiento a dos iniciativas de la diócesis: la campaña Pactos que Salvan Vidas, lanzada por el Arzobispado para defender la necesidad de los Pactos Mundiales de Migrantes y Refugiados que deben aprobarse el próximo 11 de diciembre en Marrakech (Marruecos); y la Mesa por la Hospitalidad, creada en 2015 para dar una respuesta coordinada ante la llega a Madrid de refugiados.
La alcaldesa aseguró que en esta actitud la inspira la figura de la Virgen y «su vivencia de exilio». Pero también su «durísima experiencia de soledad, en una imagen que nos recuerda que muchos de nuestros vecinos y vecinas sufren una soledad dolorosa en una ciudad tan poblada como la nuestra». Por todo ello, «Madrid se quiere convertir hoy en un referente en la acogida de inmigrantes y refugiados, y en el combate contra la soledad no deseada»; un ámbito con menos visibilidad pero en el que tampoco faltan experiencias de colaboración entre las instituciones municipales, entidades sociales y la Iglesia.
«Miedos abiertos»
«Sin acogida a quien es distinto, sin dejarnos sorprender por la irrupción del otro en nuestra vida, al blindar nuestras fronteras y anestesiar nuestro corazón, nos deshumanizamos y nos perdemos el regalo que siempre es el diferente para nosotros», subrayó Carmena, que también mostró el compromiso del consistorio para «elevar el listón de los derechos de estas personas desplazadas, salvaguardando la dignidad de todos».
La cultura del encuentro –había afirmado en la homilía el carenal Osoro– «comienza con María y alcanza su plenitud cuando nace, muere y resucita Jesús». En la cruz, Cristo «nos deja a María como Madre para que aprendamos junto a Ella que la verificación del amor a Dios se muestra en el amor que tengamos al prójimo y, al revés, que el amor al prójimo muestra el valor que damos a Dios. Porque lo amamos con las mismas medidas que el Señor le dio, no hacemos recortes». La compañía de María debe ayudar a que «nunca tengamos miedo y, si lo tenemos, que sean miedos abiertos». Es decir, aquellos que «nos abren y nos hacen buscar la seguridad que nunca falla» en Dios. No miedos que «nos cierran en nosotros mismos y nos cierran a los demás, que nos hacen vivir aislados».
Este dibujo de Natalia (5 años), del colegio Edith Stein, ha sido el ganador en la categoría de 3 a 6 años del concurso convocado por el Museo de la Catedral con motivo de las fiestas de la Almudena. Los otros ganadores han sido Juan (9 años), del colegio Retamar, en la categoría de 7 a 9 años; y, en la de 10 a 12 años, Iván (11 años), del real colegio Santa Isabel la Asunción.