Madre de Carlo Acutis: «Para él la muerte no era el final sino el encuentro con su amado» - Alfa y Omega

Madre de Carlo Acutis: «Para él la muerte no era el final sino el encuentro con su amado»

Pocos días después de que el Santo Padre haya anunciado que el joven será canonizado en abril, EncuentroSevilla ha entrevistado a su madre

Ester Medina Rodríguez
La entrevista a la madre de Carlo Acutis se ha proyectado este viernes al inicio de EncuentroSevilla.

«Carlo iba siempre por delante del tiempo. A los 3 años dijo su primera palabra, a los 5 hablaba y a los 4 ya escribía. Cuando caminábamos por la calle y veíamos una iglesia, él siempre quería entrar y rezar frente a la cruz. Tenía siempre este deseo». Con estas palabras recuerda Antonia Acutis a su hijo, cuya canonización ha anunciado recientemente el Papa Francisco que se celebrará el próximo abril. Con esta entrevista se ha dado el pistoletazo de salida a EncuentroSevilla, una iniciativa impulsada por el movimiento Comunión y Liberación y que durará todo el fin de semana.

Durante alrededor de una hora, Acutis ha conversado con la periodista Cristina López Schlichting, quien además también ha relatado los duros momentos que vivió cuando su hijo Ignacio sufrió un accidente que le dejó en coma. «Yo misma puedo dar razón de mi esperanza porque en esos momentos, al pie de la cama de mi hijo, nunca dudé de la presencia de Cristo y me sentí sostenida por la oración de miles de personas», ha contado la periodista. Aunque al joven le han quedado algunas secuelas físicas y psicológicas, ha asegurado que «toda la familia estamos recorriendo un camino de recuperación».

Ignacio era de la misma edad de Carlo, ambos nacidos en 1991. Sus respectivas madres, que tan solo se llevan un año de diferencia, se han embarcado en esta charla en la que conversan por videoconferencia sobre la reacción ante la muerte de un hijo o sobre la esperanza que las mueve.

«Al abrir las puertas de su corazón a Dios de par en par, su vida ordinaria se convirtió en extraordinaria», ha explicado Acutis refiriéndose a su hijo, que era un chico normal al que le gustaban las redes sociales y los videojuegos. Falleció a los 15 años por una leucemia. Además, Antonia ha reconocido que ella nunca ha cultivado la fe de una manera especial y que los sacramentos que ha recibido, como la Primera Comunión, la Confirmación o el Matrimonio, han sido porque iba a colegios católicos, pero no por una convicción profunda. Por eso, ha confesado que «cuando mi hijo me preguntaba cosas sobre la fe, yo no las sabía y sentía que mi autoridad se veía afectada».

La italiana ha explicado también que cuando Carlo empezó a sufrir los signos de la enfermedad «nos dijo “ofrezco mi sufrimiento por el Papa y por la Iglesia”. Nosotros pensábamos que era una de sus bromas. Dos días después no se podía levantar de la cama». Ya en el hospital, y con el peor de los diagnósticos, «Carlo nunca dejó de sonreír, ni se quejó, aun sabiendo que se estaba muriendo», asegura la madre. «Porque no le tenía miedo a la muerte y había cultivado una relación especial con Jesús. Vivió su enfermedad como un santo». Su madre lo tiene claro: «Carlo es un ejemplo y un testimonio de santidad enorme y para él la muerte no era el final sino el encuentro con su amado. Mi hijo era un maestro».

Un encuentro para vivir con esperanza

Entre las numerosas ponencias, mesas redondas y exposiciones, EncuentroSevilla contará con la presencia de la joven directora documental Lucía Garijo, que presentará su último trabajo, llamado Al principio no era así. También habrá momentos para disfrutar de la música con José Cabello, o para dialogar sobre cómo cuidar la relación con otras religiones. En torno a esto último conversarán este domingo Wael Farouq, profesor de lengua y cultura árabes de la universidad de Milán, y Ramón Valdivia, obispo auxiliar de Sevilla, en una mesa redonda moderada por Carmen Velasco.

Las jornadas se desarrollarán en la facultad de Teología San Isidoro de Sevilla bajo el lema Dad razón de vuestra esperanza. «Queremos secundar la carta de san Pedro abriendo un espacio de diálogo con todos para mostrar y redescubrir que hay esperanza en el dolor, en la enfermedad, en el trabajo, en la relación con el diferente o frente a nuestra propia fragilidad», aseguran los organizadores.