Macroboda en Madrid: «Nunca es tarde para cumplir nuestro sueño de casarnos»
La parroquia de San Sebastián Mártir acogerá una macroboda en agosto con la colaboración del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes
«Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades». Esto que el Papa Francisco plantea en el punto 49 de Evangelii gaudium lo ha hecho suyo Javier Sánchez-Cervera, párroco de San Sebastián Mártir, en San Sebastián de los Reyes (Madrid), al organizar la primera macroboda en la localidad. «Te la juegas, porque no sabes si va a salir bien», cuenta para Alfa y Omega, pero «no puedes constatar que la gente no está casada y cruzarte de brazos».
Efectivamente, se dio cuenta de que el 80 % de los niños que llevaban a bautizar a su parroquia eran hijos de padres no casados. «¿Por qué no os casáis?», les preguntaba. Y las respuestas iban siempre en la misma línea: no había dinero, no había familia cerca o se les «había pasado el arroz hace años». Él lo tenía claro: «La gente tiene que poder acercarse al Señor y hay que ponérselo fácil». Así, para «tratar de liberar la boda de los clichés, de los convencionalismos» y, sobre todo, para que las parejas «no se sientan raras», apostó por el formato de varios matrimonios a la vez. La macroboda será el 29 de agosto, coincidiendo con las fiestas patronales de la localidad.
«No les cobramos nada y no tienen que gastarse nada» porque el Ayuntamiento se ha volcado. Plantean que en las casetas de las peñas haya invitaciones especiales para los novios, sus hijos tengan fichas para las atracciones de las ferias y, además, nada más salir de la iglesia ya convertidos en marido y mujer, disfrutarán de un castillo de fuegos artificiales organizado en exclusiva para ellos. «El pueblo entero celebrará su boda», asegura Sánchez.
«Lo que vamos a quitar es todo lo accesorio y a mimar y cuidar la preparación espiritual y la liturgia de la celebración», sostiene el párroco. El fin de semana del 14 al 16 de junio habrá un cursillo prematrimonial específico para ellos, en el que se rezarán oraciones especiales y se les invitará a la confesión. Además, ya se están organizando equipos de abogados para la documentación, de peluquería, manicura… «Probablemente el centro parroquial se convierta en un gran salón de belleza para las novias», ríe el cura, que añade que ya hay mujeres que están ofreciendo sus trajes de novia y, otras, sus habilidades como costureras para arreglárselos.
Para organizar la macroboda, el párroco ha contado con un grupo de feligreses que se han convertido en tutores de las parejas. La idea es llegar a 20 novios y ya van por 15. Una de estas acompañantes es Eliana. Queda con los novios para tomar un café y explicarles los requisitos; entre otros, que deben llevar al menos cinco años de convivencia. Eliana acompaña a tres futuros matrimonios. Unos de ellos tienen un niño de 8 años que está feliz porque «sé que mis padres van a ir al cielo». Otra pareja se iba a casar hace dos años pero llegó un bebé, se fue retrasando y hasta ahora. «La novia me dijo que llevaba rezando desde entonces para poderlo hacer». Eliana acompaña también a Karina y a Pedro, más de 16 años juntos, dos hijos que casi están más ilusionados con la boda que ellos. «¡Yo llevo los anillos!», les dijo el pequeño, Matías, de 14 años. Al ver el anuncio de la macroboda en la parroquia, Karina, de 44 años, se emocionó, «a estas alturas…; pero nunca es tarde». No les importa casarse a la vez que más parejas y lo viven «como si fuera el principio» de su relación. Dios, que hace nuevas todas las cosas, «parece que se ha confabulado para que todo salga», porque además será el primer verano que coincidan en vacaciones, así que «nos iremos de luna de miel a Asturias».