Los testigos de la Visita del Papa a Barcelona: «Somos del Papa» - Alfa y Omega

Los testigos de la Visita del Papa a Barcelona: «Somos del Papa»

Jóvenes, familias, religiosos, alejados de la Iglesia, trabajadores y expertos de la Sagrada Familia…, todos han sido testigos de la Visita de Benedicto XVI a Barcelona. Y a todos les ha tocado, de un modo u otro. Sus testimonios son el mejor termómetro de lo que ha sido el Viaje del Papa

Redacción

Por Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo y José Antonio Méndez

«Nos gusta ser del Papa»

Betsy y Montse tienen 14 años; Irene y Berta, 13. Son de Barcelona y han venido con un montón de amigas que se acercan en cuanto ven una cámara de fotos. No son presumidas, es que quieren que se les note: «Hemos venido para demostrar al Papa que no está solo; siempre vamos a estar con él. Es el representante de Cristo en la tierra, ¡es super fuerte!», dicen entusiasmadas. Saben que su testimonio no es frecuente entre los jóvenes catalanes. Por eso «rezamos por la gente que no cree. No es una cosa de antes, Jesucristo sigue aquí. Él es quien te anima, quien te da fuerza, quien te da alegría y quien da sentido a las cosas. Merece la pena seguirle hasta la muerte». Por seguir a Cristo y por seguir al Papa, este verano irán a la JMJ de Madrid 2011: «Nos gusta ser del Papa y queremos dar testimonio de nuestra fe en Madrid». Su alegría contagiará a muchos.

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«Los pobres están con Benedicto XVI»

Entre las polémicas instigadas contra la Visita del Papa, está la crítica por el coste económico. La demagogia del argumento queda al descubierto al escuchar a dos Hermanitos del Cordero, Isaac y Etienne, a los pies de la Sagrada Familia: «Cuando llegó el Papa al Arzobispado, fuimos con un grupo de pobres a recibirle y le dejamos una carta de bienvenida. Los pobres están muy contentos de que venga el Papa y valoran mucho lo que dice y lo que hace por los desfavorecidos». El hermanito Isaac tiene 37 años; el hermanito Etienne, 28. Saben que «Dios está muy cerca de los jóvenes, sobre todo de los alejados. El Papa habla al corazón, para decir que Dios toca las heridas que tenemos dentro, y nos recuerda que, si nos acercamos a Jesucristo y al Evangelio cada vez más, Dios puede cambiar nuestra vida».

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«Nos quedamos con la defensa de la vida»

Jorge y Ana son de Barcelona, tienen tres hijos y otro de camino. «Estamos encantados de que haya venido el Papa a Barcelona -dicen recién terminada la Eucaristía del domingo-. Y también es una fiesta de España, porque ha venido gente de todas partes. Más allá de las Olimpiadas, Barcelona va a ser conocida todavía más por la Sagrada Familia. Va a ser la única ciudad del mundo que tiene dos templos expiatorios: éste y el del Tibidabo». Y bromean: «Tanto pecado, al final hay que expiarlo». Los niños no han parado de jugar durante la celebración, pero eso no ha impedido que sus padres hayan podido atender a las palabras del Papa. «Su mensaje acerca de la familia es muy importante por lo que estamos viviendo hoy en España. Nos quedamos con la defensa de la vida que hace la Iglesia, y todo partiendo desde la pura razón, al defender la vida de todos los seres humanos; y esto es muy importante hoy en España».

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«Benedicto XVI, nuestro arquitecto»

«Es posible meterse dentro de la piedra. Si amas, puedes estar donde quieras»: siempre sorprendente y cargado de humanidad, el escultor japonés Etsuro Sotoo, que trabaja en el templo en construcción, participó en una Vigilia de oración organizada por Comunión y Liberación en Barcelona, la víspera de la dedicación del templo de la Sagrada Familia. Gran conocedor de Gaudí, declaró que recibía a Benedicto XVI «como un gran arquitecto, al igual que Gaudí. Lo que hacemos hoy será nuestro mañana; lo que ocurre es que, muchas veces, hacemos las cosas sin pensar; por eso necesitamos un gran arquitecto que nos diga dónde debemos ir. Nosotros somos piedras que, muchas veces, no sabemos situarnos. El Papa es ese gran arquitecto que nos indica la dirección que debemos tomar». En la misma Vigilia, don Javier Prades, Decano de la Facultad de Teología San Dámaso, de Madrid, afirmó que «el Papa hace visible lo que es la Iglesia: el lugar donde gritar a los hombres que Cristo es lo único por lo que merece la pena vivir».

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«Estoy flipado: ¡Es gente normal!»

El sábado por la noche, en los alrededores del Palacio arzobispal, dos jóvenes de 21 y 23 años, que se reconocían alejados de la Iglesia, contemplaban atónitos el entusiasmo de la juventud que aguardaba la llegada del Papa. «Estoy flipando –decía uno–. Me ha sorprendido muchísimo ver que toda esta gente es normal, son jóvenes como yo, ¡y hay algunos que son guapos y otros que hasta dicen palabrotas! No me explico por qué están aquí; yo pensaba que iban a ser unos frikis». Pero su sorpresa va más allá de la superficie: «Yo estaría así si viniera Lady Gaga, pero supongo que si ellos están aquí no es sólo porque les motive el Papa, sino porque les gusta su mensaje». Más allá de informar, les lanzamos un reto: quizá puedan entender si escuchan -sin prejuicios- qué dice el Papa…