Los símbolos de la JMJ ya viajan a Corea - Alfa y Omega

Los símbolos de la JMJ ya viajan a Corea

También se ha confirmado en estos días el viaje de Francisco a Córcega el próximo 15 de diciembre para asistir al congreso Religiosidad popular en el Mediterráneo

Ester Medina
La Cruz de la Juventud que los jóvenes portugueses han entregado para la próxima JMJ en Corea. Foto: CNS photo/Lola Gomez.

Este domingo se ha celebrado una Eucaristía en la basílica de San Pedro presidida por el Papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que este año se celebra a nivel diocesano. Al término de la celebración, ha tenido lugar la entrega de los símbolos de la próxima edición de la JMJ que será en Corea en 2027. En este sentido, la representación de la juventud portuguesa, donde se celebró el último encuentro en 2023, ha entregado a los jóvenes coreanos la Cruz de la Juventud y la copia del icono mariano Salus Populi Romani. 

Estos dos símbolos han acompañado históricamente la fase de preparación de todas las ediciones de esta jornada que pone el foco en la juventud mundial. La cruz fue confiada a los jóvenes por san Juan Pablo II con motivo del primer encuentro juvenil en 1984 y, desde 2003, ha estado acompañada por el icono de Salus Populi Romani, signo de la ternura materna de María y de la maternidad de la Iglesia para toda la humanidad. Estos han sido entregados antes de los ritos de conclusión y, según ha informado Vatican News, «viajarán también a otros lugares de Asia, tanto a las ciudades como al campo, llegando a los que sufren, a los presos, a los pobres y a los jóvenes sin esperanza para ofrecerles a ellos cercanía y consuelo». 

«Mientras en todas las Iglesias celebramos la Jornada Mundial de la Juventud, quisiera proponerles especialmente a ustedes jóvenes, a la luz de la Palaba de Dios, que reflexionemos sobre tres aspectos, que pueden ayudarnos a avanzar con valentía en nuestro camino afrontando los desafíos que encontramos. Estos son: las acusaciones, la necesidad de consensos y la verdad», ha comentado el Papa Francisco en su homilía.  

Además, ha advertido a los jóvenes presentes que ellos también pueden ser objetos de acusación por el hecho de seguir a Jesús en sus ambientes, en la escuela o entre los amigos. «Puede haber quien quiera hacerles sentir fracasados porque se mantienen fieles al Evangelio y a sus valores, porque no se amoldan, no se resignan a actuar como todos los demás. Ustedes, sin embargo, no tengan miedo de las “condenas”, no se preocupen», ha animado el Santo Padre. «Lo que permanece es otra cosa: son las obras del amor. Esto es lo que queda y lo que embellece la vida».  

En este sentido, Francisco ha recordado que el traspaso de estos símbolos es también «una invitación a vivir y llevar el Evangelio a todos los confines de la tierra, sin detenernos ni desanimarnos, levantándonos después de cada caída sin dejar nunca de esperar». Para este evento simbólico han llegado a Roma un centenar de jóvenes procedentes de la capital portuguesa acompañados por el patriarca de Lisboa, Rui Manuel Sousa y por el cardenal Américo Manuel Alves, que fue coordinador general de la pasada JMJ. Por su parte, desde Corea han recogido el testigo otro puñado de jóvenes junto al arzobispo de Seúl, Peter Chung Soon-taek, y el obispo coordinador general de la próxima edición de 2027, Paul Kyung Sang Lee.  

El primer Papa que visita Córcega 

A pesar de haberse anunciado con anterioridad por la prensa francófona y por el propio obispo de Ajaccio, la capital de Córcega, no ha sido hasta este sábado cuando el director de la Oficina de Prensa Vaticana ha confirmado la visita que realizará el Pontífice a la isla mediterránea el próximo 15 de diciembre.  

A dos días de cumplir 88 años, Francisco realizará este viaje apostólico de ida y vuelta en el mismo día con ocasión de la clausura del congreso Religiosidad popular en el Mediterráneo, en el que también participarán obispos italianos, franceses y españoles, entre otros.  

Según el programa del evento, está previsto que el Santo Padre dirija un discurso a los participantes y después se traslade a la catedral de Santa María Assunta para reunirse con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas y rezar con ellos el Ángelus. Ya por la tarde, después de la Eucaristía y antes de regresar a Roma, tendrá lugar un encuentro entre Francisco y el presidente francés, Emmanuel Macron, en el aeropuerto de Ajaccio. Se trata de la primera visita de un Pontífice a Córcega; la tercera en Francia para el Papa Francisco tras las breves paradas en Estrasburgo en 2014 y Marsella en 2023.