«Los seres queridos fallecidos continúan cuidándonos desde el cielo»
El Papa ha reflexionado durante la audiencia sobre la oración y la comunión de los santos, y ha pedido oraciones por las víctimas de las inundaciones en Indonesia y Timor Oriental
El Papa ha pedido oraciones por las víctimas de las inundaciones y riadas provocadas por el fuerte temporal de lluvias que azota desde el fin de semana el este de Indonesia y la pequeña nación de Timor Oriental y que según el último recuento ha dejado más de 155 fallecidos y decenas de desaparecidos.
«Deseo asegurar mis oraciones por las víctimas de las inundaciones que azotaron Indonesia y Timor Oriental en los últimos días. Que el Señor acoja a los difuntos, consuele a los familiares y apoye a los que han perdido sus hogares», ha pedido el Pontífice durante la audiencia general de este miércoles.
Asimismo, ha recordado que este martes se celebró el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz proclamado por la ONU en 2013. El Pontífice ha expresado su deseo de que esta jornada «pueda relanzar la experiencia del deporte como evento de equipo, para favorecer el diálogo solidario entre culturas y pueblos diversos».
Oración y comunión de los santos
Debido a la situación de emergencia sanitaria, el Papa ha presidido la catequesis desde la Biblioteca Apostólica del Vaticano sin presencia de fieles. En la misma, el Santo Padre ha reflexionado sobre la relación entre la oración y la comunión de los santos.
En realidad, Francisco lleva hablando de esta comunión durante toda la pandemia. En numerosas ocasiones, ha explicado que nadie se salva solo y ante este objetivo de la salvación contamos con quienes nos han precedido: «los seres queridos fallecidos continúan cuidándonos desde el Cielo. Rezan por nosotros y nosotros rezamos con ellos».
El Santo Padre ha reincidido en esta idea, durante la catequesis, con estas palabras: «cada vez que juntamos las manos y abrimos nuestro corazón a Dios, nos encontramos en compañía de santos anónimos y santos reconocidos que rezan con nosotros, y que interceden por nosotros, como hermanos y hermanas mayores que han pasado por nuestra misma aventura humana».
De esta forma, «el dolor de cada uno es el dolor de todos, y la felicidad de uno se derrama sobre el alma de los demás». Por eso, la primera forma de afrontar «un momento de angustia es pedir a los hermanos, a los santos, sobre todo, que recen por nosotros», ha explicado el Papa.
También nosotros debemos rezar por los demás, o lo que es lo mismo «hablar con Dios de él o de ella». Esta «es la primera forma de amarlos y nos empuja a una cercanía concreta». Y esto también es necesario para los momentos de conflicto. Hay que «rezar por las personas con las que estoy en conflicto. Y algo cambia», ha asegurado Bergoglio. Lo primero que se transforma es «mi corazón, mi actitud», y se evita así «que el conflicto se convierta en una guerra sin fin», ha añadido.