Los retos del Papa: evangelización y reforma de la Curia
Francisco comienza su décimo año de pontificado este 2022, cuando verá la luz una constitución apostólica que reformará la burocracia vaticana
Este 2022 deberá publicarse la nueva constitución apostólica para la Curia vaticana, Praedicate Evangelium. El texto, que ya está rematado desde el punto de vista canónico y solo precisa la firma última del Papa, marcará la reforma de la burocracia vaticana tras nueve años de consultas, análisis y revisión de borradores. Este documento oficializará la descentralización de la Curia, un proceso ya en vigor a través de la cada vez mayor implicación de los laicos y las mujeres, no solo como agentes de pastoral, sino también como responsables en puestos clave de la jerarquía de la Iglesia, sobre todo en áreas relacionadas con la tarea de la evangelización.
Tal y como defiende el vaticanista Francesco Grana, autor del libro Lo que resta del papado, el texto legal no deparará «grandes sorpresas desconocidas» a los que se ocupan diariamente del desarrollo del pontificado: «En gran parte, la reorganización de los dicasterios ya es efectiva. Hay que subrayar que la verdadera reforma que quiere Francisco es una radical conversión, no solo de los grandes sistemas, sino de las personas que trabajan en la Curia y de sus corazones». Efectivamente, los mayores cambios, como la creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el ministerio social del Vaticano, o la decisión de centralizar las compras en la Secretaría para la Economía tras retirar los fondos propios de la Secretaría de Estado, ya se han implementado. Restan pequeños ajustes, como la incorporación del Pontificio Consejo para la Cultura en la Congregación para la Educación Católica, y la unificación del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización con la Congregación para la Educación de los Pueblos. Justo después de Navidad, el Papa encargó al Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización la preparación del Jubileo de 2025.
Además, ya ha adelantado otras reformas como aumentar el número de laicos y mujeres en los puestos de mando eclesiales, o la limitación de los mandos de la Curia a cinco años. En este sentido, el Papa aceptó en diciembre la renuncia del cardenal Peter Turkson como prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, una señal del buen funcionamiento de la Curia romana. Este año, además, son varios los jefes o superiores de dicasterio que agotan los cinco años del mandato en el cargo. Son el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales; el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, y el cardenal español Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. También se considera más que probable un nombramiento para sustituir al arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, que en septiembre cumplirá 80 años.
En la estela del Vaticano II
El juicio contra el destituido cardenal italiano Angelo Becciu, que sentará a finales de enero en el banquillo a otras personas por la compra irregular de un lujoso edificio en Londres en 2014, refleja algunos de los cambios esenciales de la organización del Vaticano en el plano jurídico. A finales de abril, el Papa introdujo una de las modificaciones más importantes en la Curia romana al derogar la ley que impedía que los cardenales de esta institución fueran juzgados por un tribunal ordinario sin su permiso. Grana destaca que, más que una revolución en el papado, Francisco solo ha cumplido más pasos dentro de una «gran reforma iniciada tras el Concilio del Vaticano II», y que «en ningún caso lo ha desacralizado», como sostienen sus enemigos. «San Pablo VI renunció a la tiara, que se acabó subastando para dar de comer a los pobres; Juan Pablo I, a la Misa de coronación; san Juan Pablo II a la silla gestatoria; Benedicto XVI a la tiara en el sello pontificio, y Francisco a vivir en los apartamentos del palacio apostólico», incide el experto en el Vaticano. En cualquier caso, asegura que el pontificado como institución «goza de una salud de hierro», porque en sus 2.000 años de historia ha sabido «adaptarse a los tiempos».
Agenda prevista
Es difícil conocer con antelación la agenda del Papa, pero tiene algunas citas importantes ya confirmadas para el 2022. Uno de los primeros momentos más importantes de este año será el encuentro que tendrá en Florencia el 27 de febrero de 2022 con diversos obispos y alcaldes de la región del Mediterráneo, en el que también participarán refugiados y sus familias para que esa zona vuelva a ser un símbolo de unidad y no una frontera de muerte. En junio se celebrará en Roma el X Encuentro Mundial de las Familias con el lema El amor familiar: vocación y camino de santidad, y con este evento, si la evolución de la pandemia lo permite, volverán las grandes aglomeraciones a la plaza de San Pedro.
El único viaje que ya está en la agenda del Papa es el que hará a Canadá, si bien la fecha todavía no está fijada. Pero también hay otros destinos en el aire, entre ellos Hungría –que muchos expertos apuntan a que podría erigirse como escenario de un segundo encuentro con el patriarca Cirilo, primado de Moscú y de todas las Rusias– y España, en concreto Santiago de Compostela, por el Año Santo Jacobeo, quizás en agosto. En tanto, a fuego lento se va fraguando el espíritu de la sinodalidad en la Iglesia. El Sínodo de los Obispos, especialmente dedicado a afinar la capacidad de escuchar y a incluir a los invisibles, está en una fase diocesana donde se trabaja en las parroquias y en las entidades religiosas. Concluirá en Roma en 2023, pero en el mes de abril está previsto que se publique una síntesis de todos los trabajos a nivel local.
El 25 de enero se retomará el juicio contra el destituido cardenal italiano Angelo Becciu y otros imputados por la compra irregular de un edificio en Londres en 2014.
El 16 de abril Benedicto XVI cumplirá 95 años. Como está delicado de salud, es poco probable que en el Vaticano se convoquen celebraciones especiales.
El 15 de mayo el Papa planea canonizar en la plaza de San Pedro a Carlos de Foucauld.
El 22 de junio arrancará el Encuentro Mundial de las Familias en Roma. El Papa celebrará una Misa para los participantes el sábado 25 y estará con ellos en el ángelus del domingo 26.
El 4 de septiembre Francisco beatificará a su predecesor, Juan Pablo I, fallecido en septiembre de 1978.