Los restos del padre Huidobro serán trasladados a un nuevo sepulcro más accesible para los fieles - Alfa y Omega

Los restos del padre Huidobro serán trasladados a un nuevo sepulcro más accesible para los fieles

El sacerdote jesuita, capellán de la Legión, fallecido por el impacto de un obús en la guerra civil mientras atendía a un enfermo, está en proceso de beatificación

Begoña Aragoneses
Imagen del padre Huidobro junto a su carné de la Universidad de Friburgo
Imagen del padre Huidobro junto a su carné de la Universidad de Friburgo. Foto: Mdeazpeitia.

Se conoce popularmente como la Cuesta de las Perdices, en la salida de Madrid por la A-6, pero en rigor este emplazamiento se llama avenida del Padre Huidobro. Allí, poco antes de alcanzar el CNI, hay un monolito con una placa que recuerda el lugar en el que Fernando Huidobro, sacerdote jesuita, murió. Fue durante la Guerra Civil, tenía 34 años y era capellán de la Legión. Su fama de santidad hizo que su proceso de beatificación se iniciara rápido. No como mártir por odio a la fe, sino por toda una vida. Lo explica Pedro Miguel Lamet, jesuita, uno de los mayores expertos en el padre Huidobro, lo que dejó plasmado en su novela Las trincheras de Dios. Pero en 1947, cuando ya estaba en Roma, la causa se adormeció. Quizá porque en aquella época, sostiene Lamet, una posible canonización suya «no hubiera sido políticamente correcta».

En 2021, con motivo del centenario de la Legión, el Arzobispado Castrense y la Compañía de Jesús retomaron el tema. Se abrió una causa suplementaria, explica Alberto Fernández, delegado para las Causas de los Santos de la diócesis de Madrid; lo que se llama un supletorio de fama [de santidad]. Ahora, cuando este supletorio está de nuevo en Roma, los restos del padre Huidobro serán depositados en un nuevo mausoleo en el claustro de la parroquia San Francisco de Borja. Hasta la fecha, reposaban en el interior del templo, en un lugar menos accesible. «Se trata —sostiene Fernández— de permitir una mayor devoción de los fieles; que acudan a su intercesión y que le recen para que llegue el milagro para su beatificación». El traslado del padre Huidobro se celebrará este viernes, 19 de julio, a las 20:30 horas, en un acto que estará presidido por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, y que contará con la presencia del arzobispo castrense, Juan Antonio Aznárez; el provincial en nuestro país de la Compañía de Jesús, Enric Puiggròs y autoridades militares, en una liturgia exequial que se celebrará con todos los honores.

Brillante intelectual

El páter, como llamaban a Huidobro, llegó a la Legión tras una esmerada formación académica en Bélgica, Holanda y Alemania, donde tuvo a Heidegger como profesor. Al estallar la Guerra Civil, se ofreció al general de los jesuitas para ir a atender a sus compatriotas. «Fue una apuesta arriesgadísima para un intelectual, pero él no aceptó pasarse la vida entera estudiando filosofía». Su opción pastoral era en salida, «necesitaba entregarse», y su ofrecimiento para ir a España «ya era una forma de arriesgarse por Cristo». Precisamente su cristocentrismo es uno de los rasgos de su espiritualidad. «Ya vivía en su vida la radicalidad del Evangelio». Fue un hombre «brillantísimo, hipersensible, de tendencia enfermiza», con las «típicas dudas del intelectual», aspecto tímido y retraído, «pero su manera de darse, de querer y escuchar» eran especiales. «Va siempre en primera línea con ellos —dejó escrito en noviembre de 1936 el jesuita Enrique Jiménez, coetáneo suyo—, les da a besar el crucifijo y los bendice y absuelve. En ocasiones se ha traído a hombros heridos desde el otro frente para confesarlos antes de morir».

Sarcófago nuevo en el que reposarán desde este viernes los restos del padre Huidobro, con su foto de fondo
Sarcófago nuevo en el que reposarán desde este viernes los restos del padre Huidobro, con su foto de fondo. Foto: Parroquia San Francisco de Borja.

Efectivamente, no huyó el joven capellán de los riesgos por estar cerca de los soldados. De uno y otro bando: se pasaba de una trinchera a otra cuando era necesario. «Era un hombre dispuesto a ayudar a todos; él estaba a favor de la gente que sufría», continúa Lamet. En una carta que escribió el páter a uno de sus hermanos, en la que dejaba entrever su intuición de que iba a morir, le decía: «Si muero, moriré por amor». Y, aun siendo del bando de los sublevados, afeó a Franco los fusilamientos indiscriminados. «Denunció todo lo malo que vio», apunta Lamet, y de ahí que «para mí es un personaje muy claro de reconciliación, precisamente ahora que estamos divididos». ¿Qué otras cosas dice Huidobro al hombre de hoy? «Que la fe mueve montañas; invita a vivir en el ahora de Dios, en el amén a Dios y en la confianza en Él, y en el seguimiento de Jesucristo por encima de los propios egos e intereses».

Cronología de una vida de entrega
  • 1903. 10 de marzo. Huidobro nace en Santander, el sexto de nueve hermanos, y es bautizado un día después.
  • 1919. 16 de octubre. Con 16 años ingresa en en el noviciado de Granada de la Compañía de Jesús.
  • 1930. Octubre. Inicia Teología en Oña (Burgos). En 1932, tras la expulsión de los jesuitas, viaja a Bélgica.
  • 1933. 27 de agosto. Es ordenado sacerdote en Holanda y, terminada la Teología, viaja a Portugal.
  • 1935. Curso 1935-1936. Estudia en Berlín y Friburgo, donde es discípulo aventajado de Heidegger.
  • 1937. 11 de abril. Muere en el frente de Madrid a causa de un obús mientras atendía a un herido.