Los religiosos reivindican su «importante patrimonio de sinodalidad»
Comienza la Asamblea General de la CONFER, que versará sobre la sinodalidad pero que también volverá sobre la cuestión de los abusos. «Hemos de ser especialmente receptivos y cuidadosos con las víctimas», han pedido los responsables de la entidad
El nuncio en España ha estrenado este martes la Asamblea General de CONFER, que se celebrará hasta el 26 de mayo bajo el lema Corrientes de sinodalidad, aunque lo ha hecho con un mensaje grabado. Bernardito Auza no ha podido estar presente debido a que se encuentra en Filipinas para el 100 cumpleaños de su padre, al que hace casi tres años que no ve.
En su discurso, Auza ha asegurado que esa sinodalidad de la que habla el lema no es «una convención eclesial, una conferencia de estudios o un congreso político», sino un «camino de discernimiento espiritual» que «se realiza en la adoración, en la oración en contacto con la palabra de Dios». Se trata «de un acontecimiento de gracia, un proceso de sanación guiado por el Espíritu Santo».
Asimismo, el nuncio ha subrayado que, a este proceso iniciado en la Iglesia, los religiosos pueden contribuir con «una visión renovada de la vida consagrada». Una renovación entendida, sin embargo, «como un anclaje en el espíritu que deshecha la mundanidad, lo contingente, lo cambiante» y que «adquiere la capacidad para mirar hacia el interior y más allá».
Relaciones mutuas
La jornada inaugural ha continuado con la intervención de Luis Ángel de las Heras, presidente de la Comisión para la Vida Consagrada de la CEE, quien ha subrayado que «la vida consagrada no es marginal, sino que está en el mismo corazón de la Iglesia». En este sentido, ha reflexionado sobre la «conveniente coordinación y cooperación con las diócesis», desde el obispo hasta el último laico. De esta forma, surgirán «fuertes y eficaces relaciones mutuas que favorezcan una confiada y diligente colaboración y resuelvan los inevitables conflictos».
Por otro lado, el también obispo de León ha tildado a la vida consagrada como «experta en encuentros de comunión, de superación de conflictos, de reconciliación», algo de lo que pueden aprovecharse las diócesis para que también crezcan en ellas estas actitudes.
En su discurso, De las Heras se ha detenido en la escucha y ha pedido a los religiosos practicarla con «quienes viven en las periferias geográficas y existenciales, los alejados, los no creyentes, con los miembros de otras confesiones, religiones…».
Por último, el obispo ha hablado del discernimiento, «para ser fiel al propio carisma», y de la misión compartida, como un «modo de caminar con los laicos».
Riqueza carismática
En último lugar han intervenido, conjuntamente, Jesús Díaz Sariego y Lourdes Perramon, presidente y vicepresidenta de la CONFER respectivamente. En su discurso, han reivindicado el «patrimonio de sinodalidad» de «nuestras instituciones carismáticas», como el hecho de ser gobernados y vivir en comunidad». Esta riqueza, sin embargo, «debemos ponerla más a la luz» y, por otro lado, «estamos llamados a reforzarla y a desarrollarla aún más».
En línea con las palabras del presidente de la Comisión para la Vida Consagrada, Díaz y Perramon han subrayado su pertenencia a la Iglesia, «una Iglesia que quiere ser fraterna, amplia, inclusiva, donde quepan todos y donde podemos decir la mejor palabra que nos brota desde el interior de nuestras personas».
El presidente y la vicepresidenta han terminado su saludo inicial refiriéndose a los abusos, de todos los tipos incluidos los sexuales perpetrados contra menores o religiosas. «Hemos de ser especialmente receptivos y cuidadosos con las víctimas de dichos abusos», han pedido. «Nos consta su dolor y sufrimiento, callado en muchos casos durante años». Ha sido especialmente doloroso, han concluido, «el que las instituciones no hayamos estado del todo a la altura de lo que se hubiera esperado de nosotros al mirar para otro lado. También, en no pocos casos, con el encubrimiento».