Los rebeldes de Tigray se acercan a Adís Abeba
Un año después de su inicio, se agrava el riesgo de que el conflicto de Tigray haga estallar una guerra civil en Etiopía. Israel ha acelerado el traslado de 5.000 etíopes de ascendencia judía, mientras Reino Unido y Estados Unidos han pedido a sus ciudadanos abandonar el país. El lunes, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aterrizó en Kenia para tomar el puso a la situación. El Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF por sus siglas en inglés) ha afirmado que se encuentra a unos 300 kilómetros de Adís Abeba, aproximadamente la mitad del camino desde Mekele, capital de Tigray.
El 12 de noviembre, Amnistía Internacional denunció que las Fuerzas de Seguridad etíopes estaban realizando «detenciones arbitrarias y en masa» de cientos de personas de etnia tigriña y de personal de la ONU. «Los arrestos se han intensificado desde que el Gobierno declaró el Estado de emergencia» y permitió las detenciones sin orden judicial si existe una «sospecha razonable» de cooperación con «grupos terroristas» como el TPLF. Ocurrió el 2 de noviembre, justo en la víspera del aniversario del conflicto que ha puesto a 400.000 personas en peligro de hambruna y ha obligado a huir a dos millones.
El día 5, las Fuerzas de Seguridad registraron un centro salesiano en Adís Abeba y detuvieron a 17 personas, tanto sacerdotes como laicos. Según fuentes de la Iglesia católica etíope, se trata de «una investigación en curso» relacionada con la presunta «implicación en política de algunos miembros» de esta y otras comunidades religiosas. El sábado los salesianos quedaron en libertad bajo fianza y con la Iglesia como garante, mientras «la investigación continúa». Esta misma fuente califica de «sesgadas o no ver daderas» las informaciones sobre detenciones arbitrarias de sacerdotes o tigriños. «No nos ayudan», afirma.