«Los que viven la Renovación Carismática saben sonreír» - Alfa y Omega

«Los que viven la Renovación Carismática saben sonreír»

El Papa se ha reunido con el Servicio Internacional de este movimiento en el Aula Pablo VI, donde ha repetido su mensaje sobre la guerra y ha invitado a «luchar por la paz»

Ángeles Conde Mir
Miembros de CHARIS reunidos con el Papa Francisco en el Aula Pablo VI
Unas 4.000 personas de CHARIS se han reunido con el Papa. Foto: Vatican Media

El Papa se ha reunido con cerca de 4.000 miembros de la Renovación Carismática Católica venidos de todo el mundo. Así, en el Aula Pablo VI ondeaban las banderas de países como Angola, Ucrania, El Salvador, México o Polonia dando cuenta de lo extendida que está la Renovación Carismática. El Servicio Internacional de Renovación Carismática Católica, CHARIS por su siglas en inglés (Catholic Charismatic Renewal International Service), los ha convocado en Roma para celebrar unas jornadas tituladas Llamados, transformados y enviados; un evento que, además del Aula Pablo VI, ha tenido como sede tres basílicas de la Ciudad Eterna donde han celebrado sus talleres, sesiones de formación y celebraciones.

Este viernes se reunieron todos en el Aula Nervi, después ofrecieron un concierto por la paz en la basílica de San Pedro y cenaron con personas pobres en el Centro San Lorenzo, muy cerca del Vaticano. Pero el plato fuerte estaba reservado para este sábado, cuando los ha recibido Francisco. Siempre los ha sentido muy cercanos y, a lo largo de su pontificado, ha participado en varios de sus eventos. El cardenal Raniero Cantalamessa, asistente eclesiástico de CHARIS, y Pino Scarufo, moderador de CHARIS, han abierto esta sesión de tarde tan especial.

Invitación a los Seminarios de Vida en el Espíritu

En su discurso, Francisco se ha confesado contento de encontrarse con ellos en el quinto aniversario del comienzo de CHARIS como organismo de servicio internacional para todas las expresiones de la Renovación Carismática Católica. «CHARIS está llamada a ser una voz que acompañe e indique a todas las comunidades un camino a seguir en comunión», les ha dicho al comenzar. Por eso, les ha recordado que su misión es la de hacer que estas comunidades puedan «superar la propia experiencia local, y reconocer la riqueza que el Espíritu Santo suscita en todas partes». Y superar también «una cierta estrechez de miras, dándoles un respiro carismático y eclesial más amplio». Refiriéndose a esta estrechez de miras, Francisco ha contado que una vez una religiosa le dijo que muchos grupos católicos son como caballos que solo miran al frente. La expresión tan gráfica se ha ganado los aplausos de los asistentes.

El Papa los ha animado a seguir promoviendo y proponiendo los Seminarios de vida en el Espíritu porque son una herramienta «que ofrece a las personas la posibilidad de un encuentro con Jesús vivo, con su Palabra y su Espíritu, con su Iglesia percibida como un ambiente de acogida, como un lugar de gracia, de reconciliación y de regeneración». Por ello, les ha lanzado una pregunta: «¿Se están ofreciendo estos Seminarios de vida nueva en los distintos contextos eclesiales, aún en aquellos más remotos y pequeños, incluso entre los pobres y en las periferias?».

Con todo, esta experiencia intensa, ha reconocido el Papa, puede correr «el riesgo de extinguirse si no se alimenta». Por ello, Francisco les ha pedido que también ayuden con un itinerario posterior que promueva los carismas. «Promover, no controlar los carismas», ha añadido.

No juzgar quién es auténtico

«No olvidéis que vuestra tarea no es juzgar quién es un “auténtico carismático” y quién no lo es», ha afirmado Francisco, que ha insistido en que esta no es solo una tentación de la Renovación, sino de toda la Iglesia. «Si alguno me pregunta «¿me puede decir un signo, algo que haga la auténtica vida de la Renovación en una persona?», lo que me viene en mente es que las personas que viven a fondo la Renovación saben sonreír», ha indicado el Papa saliéndose de su discurso preparado y ganándose, una vez más, un sonoro aplauso. «Esta sonrisa os ayudará a estar siempre vigilantes para no caer en la tentación de los juegos de poder y de influencia, rechazando el deseo de primeriar y de mandar. La verdadera misión es servir», ha añadido.

«Luchemos por la paz»

Antes de terminar, ha recordado que, en 2019, fecha de su último encuentro, rezaron por la paz en Tierra Santa al rememorar el encuentro en el Vaticano de los presidentes del Estado de Palestina y del Estado de Israel. Así, Francisco ha destacado una vez más que «la guerra destruye también la memoria de los pasos dados en favor de la paz», que «la guerra destruye todo, todo. Elimina la humanidad».

Y, sobre todo, elimina la juventud, ha asegurado al contar que el día de difuntos quedó conmovido al comprobar las fechas en las lápidas de los militares enterrados en el cementerio de los caídos de la Commonwealth en Roma, donde celebró Misa. «Por favor. Luchemos por la paz. No, no nos dejemos robar esta memoria de la paz», ha implorado Francisco con la mente puesta, aunque no lo haya dicho explícitamente, en la situación en Tierra Santa.