Juan Carlos Elizalde: «Los que cometieron abusos nunca debieron tener responsabilidad pastoral»

Juan Carlos Elizalde ha dedicado buena parte de su última carta pastoral, Caminar juntos en tiempos de perplejidad, a abordar el tema de los abusos a menores en la Iglesia.

El obispo de Vitoria califica este fenómeno como «una lacra», y aplaude las reformas que está haciendo el Papa Francisco en este sentido. Elizalde asegura que «basta un solo caso de abuso a un menor en la Iglesia para afrontar esta situación con radicalidad».

Afirma además que «jamás tuvo que haberse dado nada parecido» y refuerza su denuncia pública: «Esas personas que han aprovechado su posición en la Iglesia para cometer estos crímenes nunca debieron haber ostentado ninguna responsabilidad pastoral, y mucho menos con menores. Lo que han hecho nos duele sobremanera y nos entristece profundamente, y a la vez nos anima a estar atentos ante cualquier señal de sospecha ahora y en el futuro».

Elizalde deja patente su «cercanía y apoyo» a las víctimas, y su «rechazo y aborrecimiento a los abusos perpetrados». Junto a ello, para el prelado, el bien de las víctimas es la prioridad de su diócesis: «No escatimaremos esfuerzos en que esto no se repita y en acompañar a las personas que sufrieron estos atroces hechos en su niñez, hayan o no prescrito por la vía civil o haya fallecido el abusador. Igualmente acogeremos a toda víctima con independencia de quien haya sido el agresor, pues la víctima tiene valor en sí misma, un valor infinito».

Por otro lado, «la Iglesia no se muestra ni silenciosa ni dividida» antes estos hechos, señala, sino que «quiere caminar en la verdad, por muy incómoda que esta sea. Esta es una forma más de estar junto a las víctimas y de demostrarles que no hay ocultación ni silencio ante lo que les sucedió».

En su carta, el obispo de Vitoria recuerda que su diócesis creó hace más de un año la Oficina para la Protección de Menores y Prevención de Abusos, encargada de recoger denuncias, sean o no competencia del Obispado, y tramitarlas en comunicación con las congregaciones religiosas si los supuestos abusos han sido cometidos por alguno de sus miembros. «Acoger, escuchar, acompañar y guiar en los cauces que pueden servir a su demanda concreta es otra de las tareas de esta oficina, ya sea por la vía civil o canónica, ofreciendo tratamiento médico o psicológico y brindando además un acompañamiento espiritual si lo desea», dice Elizalde.

Por añadidura, la diócesis apoya «no solo la vía de acompañamiento y la restauración, sino también el camino judicial de investigación con la colaboración de la Iglesia» en los casos de abusos. En este sentido, para Elizalde, «es el poder judicial quien debe investigar y sentenciar ante un delito», y valora la propuesta de un informe dirigido por el Defensor del Pueblo como «una medida más de transparencia y justicia».