Los premios Alter Christus reconocen la capacidad de acogida de los sacerdotes - Alfa y Omega

Los premios Alter Christus reconocen la capacidad de acogida de los sacerdotes

Renzo Bonetti, Raúl Tinajero, José Luis Segovia y Vicente Fontestad han sido los galardonados

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Por orden: Vicente Fontestad, José Luis Segovia, Raúl Tianjero y Renzo-Bonetti
Por orden: Vicente Fontestad, José Luis Segovia, Raúl Tianjero y Renzo-Bonetti.

Los premios Alter Christus reconocen en su séptima edición la labor de acogida en diferentes entornos pastorales. Los galardonados de este año son; Renzo Bonetti, responsable de pastoral familiar en el episcopado italiano, por la acogida a las familias y su impulso como agentes de evangelización; y Raúl Tinajero, director de la Subcomisión de Juventud de la CEE, por su acompañamiento a los jóvenes; José Luis Segovia, vicario episcopal de Pastoral Social e Innovación de Madrid, por su labor en el mundo marginal; y Vicente Fontestad, por su atención al clero extranjero en la Archidiócesis de Valencia.

La misión de hacer gustar a Dios

El sacerdote italiano Renzo Bonetti, asegura a Alfa y Omega que «sin familias no hay parroquias y sin esposos no hay Iglesia», porque «son ellos a los que se confía de un modo especial la misión de llegar a los alejados».

Son las familias «las que tienen relación con los que viven ajenos a Dios y a la Iglesia, por su presencia donde viven y donde trabajan». ¿Cómo hacerlo? «Tienen que hacer con los alejados una catequesis, entendida de un modo distinto al que normalmente pensamos». Concretamente, su labor es «hacer gustar a Dios a los demás, antes incluso de hablar de Él. Ya llegará el momento de dar la explicación necesaria, pero en un primer momento se trata de hacer saborear a los otros algo que no hayan conocido nunca», afirma el responsable de la Oficina para la Pastoral de la Familia en la Conferencia Episcopal Italiana.

Para Bonetti, «los esposos tienen la misma misión que los sacerdotes, aunque desempañada de un modo distinto. Igual que el pan se convierte en la Eucaristía en el Cuerpo de Cristo resucitado, los esposos se convierten por el sacramento del matrimonio en la visibilización de su amor. Es una gran novedad. Su vida familiar es el amor con el que Cristo nos ama. Hacen visible el amor de Cristo aquí en la tierra. Ser conscientes de esto es el fuego para llevar a cabo luego su misión».

Sin prisas

En cuanto al trabajo con los jóvenes, Raúl Tinajero, director de la Subcomisión de Juventud en el episcopado español, es realista al firmar que «los sacerdotes somos cada vez más mayores, lo cual implica cierta lejanía con ellos, pero una vez que el joven entra en contacto con un sacerdote cercano, sea joven o no, entiende que puede apoyarse en él».

En un contexto en el que cada vez más jóvenes viven ajenos a la realidad de la Iglesia, el sacerdote ha de ofrecerse para el acompañamiento, tal como hizo Jesús con los discípulos de Emaús: «ellos marchaban con su música, a lo suyo, y Jesús sale a su encuentro. Eso significa hoy para nosotros caminar con los jóvenes hacia donde van, escuchándolos con paciencia, sin forzarles a ir a donde nosotros querríamos». Se trata de ir «con paciencia, sin prisas por contarles lo nuestro. Mucha paciencia y mucha escucha, y disponibles para el diálogo cuando quieran», afirma Tinajero.

Solo así el sacerdote se puede convertir en «un referente en situaciones de dudas, de dificultades, para saber cómo obrar y cómo afrontar sus vidas», en una relación «de acompañamiento y de amistad», en la que los jóvenes puedan ver al sacerdote como «una persona con la que pueden contar».

Al pie de los crucificados

José Luis Segovia, vicario episcopal de Pastoral Social e Innovación de Madrid, recibe el premio «consciente de que es un reconocimiento a toda esa gente de la pastoral social que, desde diferentes sensibilidades, se pone cada día en silencio a los pies de la Cruz y de todas las personas crucificadas hoy por el dolor, la injusticia o la enfermedad». Además, «no deja de ser un estímulo para nuestro quehacer diario y para alcanzar el verdadero premio que perseguimos: ser fieles al Evangelio de Jesucristo y a los más abandonados y necesitados para encontrarnos finalmente con Él».

Por su parte, Vicente Fontestad, vicario general de la archidiócesis de Valencia, cuenta cómo es la atención al clero extranjero en Valencia: «cada año escribimos a numerosos obispos de África, Asia y América, y les ofrecemos que envíen a sacerdotes de sus diócesis para que puedan estudiar aquí mientras colaboran pastoralmente en nuestras parroquias».

Este año son 120 sacerdotes de todo el mundo los que viven y trabajan en la diócesis levantina, entre los que se encuentran chinos y venezolanos «con los que tenemos un especial cuidado por la situación de sus países». En Valencia pueden estudiar en el Instituto Juan Pablo II o en la Universidad Católica de Valencia, además de en cualquiera de las facultades que hay en la ciudad.

«Aquí son uno más del clero», dice Fontestad. Muchos aprovechan el primer año para estudiar el idioma, mientras todos ellos ejercen su ministerio sacerdotal en cualquiera de las numerosas parroquias de la diócesis.

«Después de terminar sus estudios, regresan a sus países para servir mejor a sus fieles –dice el vicario general de Valencia–. Llevamos varios años con este sistema, ayudando a nuestras Iglesias hermanas y necesitadas, y lo hacemos con muchísimo gusto. Al tiempo recibimos una gran riqueza al poder tener entre nosotros toda la pluralidad de vida de sus lugares de origen».

Alter Christus es un apostolado del Regnum Christi para acompañar y atender a los sacerdotes, principalmente aquellos que se encuentran en zonas rurales y con gran carga de trabajo ante la falta de vocaciones. La entrega de los premios tendrá lugar en la Universidad Francisco de Vitoria, el lunes 19 de octubre, a las 19:00 horas. Se podrán seguir en redes con el hashtag #GalardonesAlterChristus a través de los canales de YouTube y Facebook Live de Regnum Christi España.