Los obispos venezolanos piden que cese «el hostigamiento y la persecución»
Las elecciones para elegir al próximo presidente serán el 28 de julio. Maduro aspira a gobernar otros 6 años mientras que crece el apoyo al candidato opositor, Edmundo González
Venezuela se enfrenta en apenas quince días a unas elecciones presidenciales que serán de nuevo decisivas para el país. Veintiún millones de venezolanos están convocados a las urnas para elegir al presidente que regirá los destinos de la nación durante los próximos seis años. Nicolás Maduro, candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela, aspira a su tercer mandato. El chavismo gobierna desde 1999 un país sumido en una profunda crisis económica y social. En marzo de este año, la Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas, publicó un estudio que indica que el 51,9% de la población del país es pobre. Según ACNUR ya son 7,7 millones de venezolanos los que han abandonado el país por esta situación.
En el comunicado final de su 122º Asamblea Plenaria, los obispos venezolanos han vuelto a poner de relieve «este deterioro constante en los sistemas educativo, alimentario, de salud, de servicios públicos, de participación ciudadana, de justicia y de libertades».
Aseguran que los comicios del 28 de julio se enmarcan en un clima de desilusión y desconcierto. Por ello, piden a los votantes que superen el abstencionismo y la apatía política y acudan a las urnas. Instan además a votar de manera consciente valorando la capacidad de cada uno de los candidatos «para resolver estos problemas con los instrumentos democráticos a disposición».
Recuerdan que el pueblo es el verdadero protagonista de la democracia y para demostrarlo hay que promover la participación libre de los ciudadanos en Venezuela y en el exterior. Aunque la Unión Europea, que no será observadora de los comicios porque así lo ha decidido el Consejo Nacional Electoral, denuncia que los venezolanos en Europa, en el mejor de los casos, solo han tenido diez días para votar en las sedes diplomáticas. Precisamente a este Consejo Nacional Electoral los obispos venezolanos llaman a actuar como auténtico garante de los resultados electorales y a que ejerza su autonomía e independencia. Sin embargo, en este órgano, encargado de supervisar la legalidad y transparencia, del proceso está conformado en su mayoría por miembros chavistas. En el comunicado, la Conferencia Episcopal Venezolana reitera la importancia de la separación de poderes y «una sana alternabilidad».
Los obispos lamentan que el proceso electoral sea atípico y sentencian: «Es necesario para la paz ciudadana, que cese la persecución y el hostigamiento a quienes facilitan instrumentos necesarios para las concentraciones y la libertad de movimiento de candidatos con opciones diversas a la opción gubernamental. Es desleal y falta de toda ética política lo sucedido hasta ahora». De esta forma, sin mencionarlo explícitamente, se refieren a la inhabilitación de la candidata de la oposición María Corina Machado y los ataques a Edmundo González, el ahora candidato de la Mesa de la Unidad Democrática.
Pese a todo, la Iglesia venezolana anima a los votantes a que no se resignen al pensamiento de que nada va a cambiar.
Por último, la Conferencia Episcopal Venezolana detalla en su nota, titulada Caminar juntos con esperanza, la ingente tarea que el gobierno elegido tendrá que afrontar: «La reinstitucionalización del estado y del país, promover la separación de poderes del Estado, la promoción y respeto a los derechos humanos, el diseño de una nueva economía que genere puestos de trabajo y salario digno, el mejoramiento de la calidad delos servicios públicos, reconfigurar el sistema educativo, fortalecer el sistema de salud para una atención digna y eficaz a los enfermos, luchar contra la pobreza y la corrupción y promover el respeto a las libertades ciudadanas y de expresión».