Los obispos venezolanos culpan a Maduro del fracaso del diálogo
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Diego Padrón, descarta que Gobierno y oposición se reúnan el próximo viernes
El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), monseñor Diego Padrón, consideró este lunes que el diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha fracasado y descartó que ambas partes puedan continuar las negociaciones, que persiguen buscar una salida a la crisis generalizada que vive el país, en la reunión fijada para el viernes. Padrón, arzobispo de Cumaná, informó este lunes a los corresponsales extranjeros sobre los resultados de la 107 Asamblea de la Iglesia católica con la comunidad laica, durante una rueda de prensa que contó con la presencia del secretario general de la CEV, Victor Hugo Basabé, y del cardenal Baltazar Porras.
Monseñor Padrón fue duro en sus declaraciones. Al hacer balance dijo que 2016 «terminó muy mal, tan mal que en 50 años no habíamos atravesado una etapa tan dura como la que hemos sufrido con este Gobierno». El presidente de la conferencia de obispos se refirió a la hambruna que empuja a los venezolanos a buscar comida en la basura, a niños y ancianos que han muerto por desnutrición o falta de medicamentos y de atención médica en los hospitales. Diego Padrón recordó asimismo los casi 29.000 asesinatos y que todavía quedan 126 presos políticos en las cárceles venezolanas.
El presidente de la Conferencia Episcopal también aludió a noticias positivas para la Iglesia católica, como el nombramiento del padre venezolano Arturo Sosa como Superior General de la Compañía de Jesús y del arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, como cardenal y consejero del Papa.
También repitió el llamamiento al diálogo en Venezuela que el Papa reiteró ayer en el Vaticano. En su discurso anual ante los 184 embajadores acreditados ante la Santa Sede, el Pontífice pidió «gestos valientes, que son muy urgentes» en este país, «donde las consecuencias de la crisis política, social y económica, están pesando desde hace tiempo sobre la población civil», según informa desde el Vaticano Juan Vicente Boo.
El arzobispo de Cumaná consideró que el diálogo entre Gobierno y oposición ha fracasado porque «no fue transparente ni diáfano, sino improvisado» y dijo además que «no hubo voluntad para cumplir los acuerdos». «No hubo voluntad de las partes de dialogar con objetivos concretos que se respetaran. No hubo objetivos ni resultados», continuó el presidente de los obispos venezolanos, quien exculpó a los facilitadores de ese diálogo, como el Vaticano. En este sentido, monseñor Padrón explicó que la Santa Sede fue engañada por el Ejecutivo de Maduro y mencionó el rosario de acusaciones contra la Conferencia Episcopal de Venezuela. «Aquí se falsificaron los hechos y el principal culpable es el Gobierno porque secuestró el referéndum revocatorio incluso 10 días antes de comenzar el diálogo el pasado octubre», subrayó. La Mesa de la Unidad Democrática ya ha anunciado que no acudirá a la reunión prevista para el próximo viernes. «Para mí es dudosa esa reunión del diálogo, no hay resultados, por lo que veo difícil la continuación de las conversaciones», aclaró Padrón a título personal.
La CEV también repudió el rearme de Maduro y la compra de armas a Rusia para la Fuerza Armada Nacional (FAN). «Nos estamos armando para una guerra inexistente. Los órganos de seguridad no defienden al pueblo cuando lo necesita, como en el caso del vandalismo y los saqueos de Ciudad Bolívar y Cumaná, son para reprimir», precisó Padrón. A su juicio, el ejército debe mantener su neutralidad: «La FAN es apolítica y debe estar al servicio del pueblo y no del Gobierno».
Mantener las protestas
Diego Padrón y sus acompañantes se pronunciaron a favor del diálogo pero con condiciones y objetivos claros. También se mostraron partidarios de mantener las protestas en la calle mientras se mantiene el diálogo porque «las dos acciones son compatibles, necesarias y complementarias». Los obispos, por último, hicieron un llamamiento al Ejecutivo para que convoque de nuevo un diálogo pero con voluntad real de cumplir los compromisos adquiridos.
Ludmila Vinogradoff / ABC