Los obispos piden un acompañamiento más largo a los novios
Ante «el aumento de separaciones, divorcios, segundas uniones y familias monoparentales», la Conferencia Episcopal lanza un programa de acompañamiento a los novios distinto del tradicional cursillo prematrimonial y enfocado a una preparación más remota. «Muchas veces se planifica la boda, pero no el matrimonio», afirma el itinerario
La Subcomisión de Familia de la Conferencia Episcopal ha hecho público un itinerario para acompañar a los jóvenes que están viviendo su noviazgo hacia la vocación matrimonial.
A diferencia del clásico cursillo prematrimonial que se realiza cuando los novios ya han tomado la decisión de casarse, esta propuesta comprende el tiempo que dura el noviazgo y su principal objetivo es «acompañar a los novios en el propio discernimiento a la vocación matrimonial y en el reconocimiento de la verdadera elección del futuro cónyuge», según afirma la Subcomisión.
El programa cita la exhortación Christus vivit, donde el Papa advierte de que «el aumento de separaciones, divorcios, segundas uniones y familias monoparentales puede causar en los jóvenes grandes sufrimientos y crisis de identidad», por lo que «es necesario prepararse para el matrimonio, y esto requiere educarse a sí mismo, desarrollar las mejores virtudes, sobre todo el amor, la paciencia, la capacidad de diálogo y de servicio», y también «educar la propia sexualidad».
En este sentido, los obispos españoles lamentan que «se dedican muchos años a la formación profesional, pero apenas se dedica tiempo a la formación de los novios y del matrimonio». De ahí que «la conveniencia de acompañar a los novios ofreciéndoles un itinerario de formación y maduración es evidente».
Concretamente, la Subcomisión de Familia ofrece a catequistas y responsables de grupos de novios y jóvenes un curso con un total de 12 temas, para el que aconseja «una metodología activa, que sea flexible según las características de cada grupo y en el que el papel protagonista lo lleven los novios». La propuesta se plantea para un período de dos o tres años con intervalos de dos semanas, aunque siempre se pueden adaptar las sesiones.
Esta iniciativa «no es un curso prematrimonial», sino «una propuesta de acompañamiento «para discernir sobre la vocación al amor a través del matrimonio y la familia», porque «esta decisión es la más importante de la vida de los esposos».
De hecho, en muchas ocasiones, cuando los novios llegan al cursillo «nos encontramos que ya no se dispone de tiempo suficiente para recibir adecuadamente la formación y las herramientas que se ofrecen para conocerse a sí mismo y al otro», dice la Subcomisión. La capacidad de los novios de discernir tanto su vocación como a la persona elegida «está ya condicionada, porque la gran mayoría se encuentran predispuestos a decir sí a todo para seguir adelante con la boda».
Es decir, «muchas veces se planifica la boda, pero no el matrimonio», afirman los materiales preparados por la Subcomisión. De ahí que este itinerario «es una herramienta muy valiosa para poder preparar con tiempo y dedicación, no una celebración, sino toda una vocación».