Los obispos lamentan que se haya limitado «al mínimo posible» el horario de Religión
Piden a las comunidades autónomas «una ampliación razonable»de la carga lectiva, pues tienen competencias para ello
La Comisión para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha mostrado este jueves su sorpresa por los proyectos de decretos de Enseñanzas Mínimas que reducen el horario de la asignatura de Religión. «Se ha perdido la oportunidad de mantener al menos el horario mínimo LOE, ley a la que la LOMLOE da continuidad», recoge en un comunicado.
En toda la Primaria, por ejemplo, la asignatura pierde en torno a un centenar de horas con respecto a la situación actual. «Sorprende que en una apuesta por un modelo competencial se limite al mínimo posible la carga lectiva de un ámbito tan decisivo para la educación de la persona como es la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE), añade.
En este sentido, solicita a las comunidades autónomas, en el ejercicio de sus competencias, «una ampliación razonable» de las horas de la materia y, por tanto, que no se queden en lo establecido por el Ministerio de Educación.
También lamenta que la evaluación no sea tenida en cuenta en los cursos superiores «a efectos de computabilidad» y considera «un error que no se haya ofrecido al alumnado que no elige Religión un área en condiciones equiparables». Sobre esta segunda cuestión, agrega: «Se evitaría todo riesgo de discriminación y habría sido una mejor respuesta a las exigencias derivadas de las competencias clave».
Del mismo modo, no entiende que en los citados decretos no se haga referencia a la cultura religiosa no confesional prevista en la LOMLOE, que, en su opinión, «bien podría constituir una propuesta de atención educativa para el alumnado que no elija Religión».
La apuesta por el diálogo continúa
Tras reconocer los aspectos positivos de la nueva ley y de poner en valor el trabajo que ha realizado la Conferencia Episcopal en la elaboración del nuevo currículo, la Comisión para la Educación y Cultura reitera «la voluntad de diálogo con las administraciones educativas».
«Conscientes de la importancia fundamental del bien de la educación para el alumnado, sus familias y toda la sociedad, proponemos la presencia de la propuesta educativa cristiana y el valor de su contribución al mundo de la enseñanza. No perdemos la esperanza de llegar a acuerdos y pactos en materia educativa que sean inclusivos y cuenten con todos», concluye.