Los obispos del Congo denuncian intentos de vincularlos al golpe

Los obispos de R. D. Congo denuncian intentos de vincularlos al ataque contra el Gobierno

En un comunicado, muestran su «indignación» por el asalto a dos edificios vinculados con el Gobierno pero no califican lo ocurrido como «golpe de Estado»

María Martínez López
Un hombre con uniforme militar habla mientras otros están a su lado dentro del Palacio de la Nación durante un intento de golpe de Estado en Kinshasa, República Democrática del Congo, el 19 de mayo de 2024
Imágenes tomadas de un vídeo del asalto al Palacio de la Nación. Foto: Reuters / Christian Malanga.

Los obispos de la República Democrática del Congo condenaron el pasado lunes el supuesto intento de golpe de Estado ocurrido en la noche del sábado al domingo, en el que fallecieron dos de los atacantes y dos policías. En un comunicado firmado por el secretario general de la Conferencia Episcopal Nacional de Congo (CENCO), Donatien Nshole, se muestran «conmocionados» por el asalto de varias decenas de personas a la residencia del vice primer ministro, Vital Kamerhe, y al Palacio de la Nación.

Expresan «su indignación y condenan firmemente estos ataques que han socavado las instituciones de la república y causado la muerte de hombres». deponer al presidente, Félix Tshisekedi, e instaurar un «nuevo Zaire», inspirados en el régimen dictatorial de Mobutu Sese Seko de finales del siglo pasado.

Por otro lado, el episcopado se desvincula de lo ocurrido y denuncia los intentos de «personas malintencionadas» de vincularlo con la algarada con «fines populistas malsanos». El texto explica que «circulan imágenes en las redes sociales en las que aparece, junto a los obispos y otras personas, el presunto cerebro de los atentados, identificado como Christian Malanga». Según el Ejército de la República Democrática del Congo, Malanga, congoleño nacionalizado estadounidense, era el líder de los asaltantes y fue abatido.

Los obispos, «en su labor pastoral, se dejan abordar, en cualquier lugar, por cualquier ser humano, para fotos o vídeos. Esto no implica en modo alguno la existencia de una relación especial», explica el comunicado. Incluso se ve necesario aclarar que «este individuo no es miembro de ninguna institución oficial de la Iglesia católica», ni en la Santa Sede ni en el país. «Sus actos despreciables no implican a la Iglesia católica, ni directa ni indirectamente». Por ello, «condenan cualquier uso de estas imágenes» para dañar la imagen de la conferencia episcopal.

La CENCO no señala quién puede estar detrás de esta manipulación. En este momento, la relación entre el Ejecutivo y la Iglesia es tensa. El 27 de abril, el fiscal del Tribunal de Casación, Firmin Mvonde, pidió a su homólogo del Tribunal de Apelación de Matete que abriera una investigación judicial contra el cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa y miembro además del Consejo de Cardenales que asesora al Papa Francisco. Aunque de momento no ha sido formalmente acusado en ningún proceso y de momento solo ha recibido una invitación informal a comparecer, la misiva fue intencionalmente filtrada a la prensa para socavar su imagen.

Contexto de violencia en el este

Cabe señalar que en su comunicado el episcopado no sigue la versión oficial del Gobierno congoleño. Desde el primer momento, este calificó lo ocurrido en la madrugada del domingo de intento de golpe de Estado, mientras que los obispos solo se refieren a «ataques». Esto no impide que lo critiquen duramente. «Es inaceptable que un grupo armado se instale en el corazón de Kinshasa, la capital del país. Es muy lamentable que se hayan burlado de los servicios de seguridad», afirma también el documento firmado por el secretario general del episcopado. Más aún, subraya, en un momento en que «se supone que los ánimos están caldeados» por el agravamiento de la situación en el este del país.

En este momento, «se realizan esfuerzos para frenar la inseguridad sembrada por grupos armados extranjeros y nacionales en el este del país», donde una nueva ofensiva de los guerrilleros del M23 ha llegado casi a rodear la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, y ha causado el desplazamiento de 400.000 personas desde octubre. Por ello el episcopado invita «a las autoridades competentes a comprometerse aún más en el fortalecimiento de la cohesión nacional y al pueblo congoleño a no ceder al miedo y a permanecer vigilantes». Los obispos «confían a la misericordia de Dios a las personas inocentes que han perdido la vida durante estos atentados». Tienen asimismo un recuerdo para las familias de duelo y todos los afectados.