Los obispos de Cuba se posicionan en contra del nuevo Código de Familia
El texto, que se someterá a referéndum, introduce la ideología de género en la legislación familiar o permite a los menores procesos quirúrgicos sin la autorización de sus padres
Los obispos de Cuba han criticado el nuevo Código de Familia, que pretende introducir en el país los postulados de la ideología de género o permitir la gestación subrogada. El texto se someterá a referéndum el próximo 25 de septiembre de 2022. Si el resultado es positivo, la ley entrará en vigor un día después, pero si gana el no se mantendría vigente el actual Código de Familia de 1975.
En un comunicado, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) ha subrayado que «no beneficia a la familia cubana la introducción en nuestra legislación de los contenidos de la llamada ideología de género, que sustenta muchas de las propuestas».
Protección de los menores
Por otro lado, los prelados se han posicionado en contra de «la posibilidad de que los menores de edad, sin la autorización de sus padres, puedan asumir determinados criterios, sobre todo que impliquen procesos clínico-quirúrgicos irreversibles, que determinen situaciones existenciales o identitarias para las que no están preparados».
Con el propósito de defender a los menores, la COCC también ha cargado contra la adopción por parte de parejas del mismo sexo. «La adopción es esencialmente un modo de conceder al niño por ley lo que por naturaleza le corresponde y necesita: un padre y una madre». En este mismo sentido, piden no admitir «la aplicación de técnicas de reproducción humana asistida a parejas del mismo sexo» o «la fecundación in vitro postmortem».
Los obispos han subrayado por último que «no es ético que se reconozca como adecuada la llamada gestación solidaria (gestación subrogada)», y han recordado que «el matrimonio entre hombre y mujer, que es la base natural de la familia, no puede ser desplazado o deformado para dar paso a otras maneras construidas legalmente».
Aspectos positivos
A pesar de todo, los prelados reconocen algunos aspectos positivos en el Código de Familia presentando, como «la precisión con que se rechaza la violencia en el seno de la familia, la manera en que se recogen y protegen los derechos de los abuelos, el modo en que se inserta el cuidado de los ancianos, personas en situación de discapacidad y vulnerables».
Asimismo, «también vemos con beneplácito que se reconozca lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño y que, en diversos ámbitos, se manifieste explícitamente la obligación de dar alimento y cuidar a los que queden en situaciones desfavorables y durante el embarazo».