Los obispos de Castilla y León defienden que se ofrezca a las mujeres alternativas al aborto
Recuerdan en una nota conjunta que el aborto «no puede ser considerado como un derecho»
Los diez obispos de Castilla y León —nueve titulares y un administrador diocesano— han hecho pública este viernes una nota en la que defienden que se ofrezca a las mujeres un periodo de reflexión e información sobre alternativas al aborto, pues así se les permite «contar con elementos necesarios para ponderar sus decisiones».
De este modo, han entrado en el debate suscitado en los últimos días por las medidas en materia de defensa de la vida que el Gobierno autonómico pretende poner en marcha, entre las que se encuentran la atención psicológica a mujeres embarazadas y la posibilidad de escuchar los latidos del niño y ecografías 4D.
Los prelados recuerdan, en primer lugar, los principios de la Iglesia en esta materia. Así, afirman que todo ser humano «es siempre un bien para la humanidad y un don de Dios» y que la muerte provocada de este, «también en el seno materno mediante la práctica del aborto, no puede ser considerada como un derecho, pues niega de raíz la vida». Asimismo, defienden el derecho fundamental de los profesionales a la objeción de conciencia «sin sufrir la estigmatización que supone el ser obligados a inscribirse en una lista de objetores».
En el texto dedican varios puntos a las mujeres embarazadas, a las que se dirigen directamente. En primer lugar, les ofrecen su reconocimiento y agradecimiento, pues «portan con amor el don precioso de la vida, esperanza y futuro de nuestra sociedad». Y entre ellas, a las que atraviesan dificultades: «Es necesario que tengan la certeza de que no están solas y que pueden contar con toda la ayuda que podamos prestar desde los organismos eclesiales y de ayuda a la mujer gestante». En este sentido, pide a la sociedad, instituciones y administraciones que respondan a sus necesidades. Hacerlo, recoge la nota, «es un indicador de sociedades verdaderamente humanas, fraternas y civilizadas».
Finalmente hacen una llamada al diálogo, «sosegado y racional, partiendo de la realidad, con la participación de los diversos ámbitos que configuran la sociedad, más allá de posicionamientos ideológicos o partidistas y con la ayuda de los conocimientos proporcionados por la ciencia y la antropología».
«De este modo —concluyen los obispos— podremos considerar adecuadamente las cuestiones esenciales en torno al inicio de la vida humana, la gestación y la maternidad y ver el modo de superar sus desafíos y dificultades. Lo cual lleva consigo el compromiso de reconocer, promover y proteger siempre la vida de todo ser humano».