Los obispos de Canarias alertan de que 1.000 migrantes jóvenes se van a quedar en la calle en los próximos meses
Lanzan, con el apoyo del Departamento de Migraciones de la CEE, el proyecto Corredores de Hospitalidad para que diócesis de la península ofrezcan acogida integral a estos chicos
No es la primera vez que la Iglesia levanta la voz sobre la situación migratoria en Canarias. Ya lo hizo en la crisis de 2020, que pasará a la historia por las imágenes de migrantes hacinados en el puerto de Arguineguín. En esta ocasión, los obispos de Canarias —José Mazuelos y Cristóbal Déniz (diócesis de Canarias) y Bernardo Álvarez (diócesis Nivariense)— han alertado de la situación a la que se verán abocados muchos menores tutelados que, al cumplir 18 años en los próximos meses: la calle.
Si en estos momentos la comunidad autónoma canaria tiene bajo su tutela un total de 2.235 menores, unos 1.000 están a punto de cumplir la mayoría de edad sin la documentación en regla. «Son jóvenes que terminan en la calle sin la madurez, capacitación ni apoyos suficientes para una vida autónoma y un acceso al mercado laboral», han afirmado en un encuentro con periodistas, en el que han hecho pública una nota con propuestas.
En este contexto, la Iglesia ya se hace cargo de muchos de los jóvenes que acaban en la calle con recursos para la acogida, acompañamiento y la inclusión social: «Se les ofrecen oportunidades para superar con éxito los obstáculos tanto personales como del entorno, para su plena inclusión social y laboral». Solo en la diócesis de Canarias, ha explicado Mazuelos, se atiende a unos 1.250 jóvenes a través de Cáritas, congregaciones religiosas, fundaciones… En la isla de Tenerife, ha añadido Álvarez, hay 1.800 personas en situación de calle.
«La Iglesia en las Islas Canarias constata con preocupación este gran desafío, agravado por el factor insular y de frontera europea del archipiélago, que puede ser utilizado como cárcel sin muros donde contener a jóvenes migrantes a los que no se facilita el tránsito a la península o a otros países de Europa para proseguir su proyecto de vida», explican en el comunicado.
Corredores de hospitalidad
Con todo, hacen un llamamiento a las distintas administraciones para que pongan los medios de modo que se puedan llevar a cabo derivaciones de menores o jóvenes migrantes extutelados a otras comunidades autónomas. También les ofrecen diálogo para «favorecer procesos integrales de inclusión».
Y ponen deberes a la propia Iglesia. De hecho, han conseguido el apoyo de todos los obispos españoles en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que se celebra esta semana, para poner en marcha el proyecto Corredores de Hospitalidad. Esta iniciativa la promueven junto con el Departamento de Migraciones de la CEE. Se busca, como sucedió con la acogida de los refugiados ucranianos, activar la solidaridad en las distintas diócesis para que colaboren con la «acogida integral» de estos jóvenes procedentes de Canarias. Junto con esta propuesta concreta, se proponen la promoción de forma transversal en toda la Iglesia de la cultura de la hospitalidad.