Los obispos de Aragón animan a «mantener vivo el dinamismo sinodal» - Alfa y Omega

Los obispos de Aragón animan a «mantener vivo el dinamismo sinodal»

Los prelados han enviado una carta conjunta a los católicos de las seis diócesis aragonesas y sus parroquias para que sigan profundizando en la escucha y el diálogo, especialmente con los jóvenes y los alejados de la Iglesia

Redacción
El obispo de Zaragoza, Carlos Escribano, junto al grupo sinodal que asistió a la asamblea final del Sínodo en España, en junio de 2022
El obispo de Zaragoza, Carlos Escribano, junto al grupo sinodal que asistió a la asamblea final del Sínodo en España, en junio de 2022. Foto: www.iglesiaenaragon.com

Bajo el título El Sínodo continúa. ¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión?, los obispos de las cinco diócesis aragonesas han enviado este viernes una carta a sus fieles expresando su «satisfacción» por la activa participación de «nuestras Iglesias particulares en Aragón, con sus fortalezas y debilidades» en el Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad.

En la misiva destacan el crecimiento en la corresponsabilidad de todos los bautizados en la vida y misión de la Iglesia desde el inicio del proceso sinodal en 2021, y ponen la mirada en la asamblea que presidirá en Roma el Papa Francisco en octubre de 2024.

Los obispos de Aragón consideran este momento previo como una oportunidad para continuar el camino sinodal, «fomentando la escucha, el diálogo y un discernimiento prolongado» con el deseo de «mantener vivo el dinamismo sinodal».

La carta hace hincapié en la necesidad de implicar a los grupos sinodales, especialmente a los órganos de participación diocesanos de sacerdotes, miembros de vida consagrada, movimientos y asociaciones laicales, y destaca el reto de «involucrar a los jóvenes y a otros grupos con los que hasta ahora ha sido difícil establecer un diálogo activo».

La carta concluye con la invitación a retomar «con ilusión, interés, nuevas motivaciones y esperanza el camino sinodal», siguiendo las indicaciones proporcionadas por los Equipos Sinodales y con la intercesión de la Virgen María en la advocación del Pilar.