Los obispos chilenos defienden el derecho a la vida frente a las leyes del aborto libre y la eutanasia
Una propuesta de ley anunciada por el presidente, Gabriel Boric, que se votará a finales de año en el Congreso, pretende liberalizar el aborto en todos los casos y evitar que la objeción de conciencia pueda obstaculizar su práctica
El presidente de Chile, Gabriel Boric, está decidido a respaldar un proyecto de ley para aumentar las condiciones por las que se permite practicar el aborto. No será fácil. La propuesta tendrá que pasar la barrera del Congreso de ese país —Boric no tiene mayoría en ninguna de las cámaras, ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados— en una votación prevista para finales de este año.
De momento es solo un anuncio, pero las intenciones del presidente han provocado un terremoto político y social en un país que ya despenalizó el aborto en 2017, durante el segundo mandato de la expresidenta socialista Michelle Bachelet. De hecho, algunos legisladores presentes en el Congreso durante el anuncio del jefe de Estado chileno abandonaron el recinto en señal de protesta. La ley vigente ya permite esta práctica en tres casos: peligro para la vida de la mujer, inviabilidad fetal de carácter letal y embarazo por violación.
Asimismo, Boric quiere aprobar una modificación del reglamento que aplica la ley de aborto vigente, para evitar que la objeción de conciencia pueda obstaculizar el acceso a esta práctica. Tradicionalmente en Chile, tanto profesionales de la medicina como instituciones de salud se han amparado en este derecho para rechazar la práctica de abortos en el país. El Tribunal Constitucional lo respaldó en 2019.
Por otra parte, el presidente chileno también anunció que pondrá urgencia a un proyecto de ley de eutanasia y cuidados paliativos que hasta ahora permanece en el Senado. La eutanasia en Chile está completamente prohibida.
Ante este panorama, la Conferencia Episcopal de Chile se ha volcado en defensa de la vida. El Comité Permanente de la CEC lamentóla intención de sacar adelante estas iniciativas legislativas porque «atentan contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana». En un comunicado, llama a «promover y defender la vida para un futuro compartido como país».
Los obispos chilenos subrayan que «la Iglesia no cesa de recordar que la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural». Citan además el documento Dignitas infinita, del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, para dejar claro que el aborto es «la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia». «Un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo», señalan.
Los prelados salen también al paso de ciertos grupos feministas, que reclaman el derecho a decidir de forma libre y autónoma sobre el propio cuerpo. Los obispos recuerdan que «olvidan y silencian que en la mujer embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano único e irrepetible, cuya existencia debe ser resguardada precisamente por su condición de ser humano».