Los obispos catalanes subrayan «la fuerza del diálogo y las medidas de gracia»
«Creemos que el logro de un recto orden social que permita el desarrollo armónico de toda la sociedad necesita algo más que la aplicación de la ley», afirman
Los obispos catalanes, integrados en la Conferencia Episcopal Tarraconense, han emitido un comunicado tras su última reunión en el que subrayan, ante el contexto social y político actual, «la fuerza que tienen el diálogo y las medidas de gracia en todas las situaciones de conflicto».
«Creemos –continúan– que el logro de un recto orden social que permita el desarrollo armónico de toda la sociedad necesita algo más que la aplicación de la ley. Es por este motivo que hay que proponer el diálogo siempre como vía efectiva que da respuesta a la esperanza de resolver divisiones».
Según los obispos de las diócesis de Cataluña, para que haya avances el diálogo, este tiene que ser «serio, capaz y abierto» y admitir renuncias de las propias exigencias «para encontrarse en el camino con las renuncias del otro». Y añaden: «Avanzar teniendo sentimientos de misericordia y perdón sinceros, respetando la justicia, ayudará a que los acuerdos que todos esperamos se logren pronto».
En su opinión, la «solución satisfactoria» pasa por alejarse de «actitudes inamovibles que no ayudan a construir una sociedad». Así, concluyen, «se irá venciendo las dificultades y la capacidad de diálogo empezará a aportar soluciones».
Ante la ley de eutanasia
Por otra parte, los obispos catalanes se refieren en el texto a la ley de eutanasia, que entra en vigor el próximo 25 de junio, para manifestar que la Iglesia católica «apuesta por la promoción de las curas paliativas y el despliegue efectivo de la ley de dependencia, dando realmente cobertura a las necesidades de los enfermos y sus familias». En este sentido, ven clave «la atención integral, abordando el sufrimiento físico, psicológico, espiritual y social».
Tras recordar que las acciones encaminadas a mitigar el dolor u otros síntomas así como el rechazo a tratamientos desproporcionados no es eutanasia, afirman que «el objetivo de la eutanasia es acabar con la vida de la personas de forma directa e intencional». «El compromiso de la Iglesia es ayudar a las personas a vivir más de acuerdo son su dignidad intrínsica y favorecer su mayor bienestar, especialmente en situaciones de proximidad de la muerte o sufrimiento», agregan.
Finalmente, animan a los enfermos y familias a registrar las voluntades anticipadas y recomiendan a los profesionales sanitarios que se planteen su derecho de objeción de conciencia ante esta ley.