Los obispos alemanes contestan a Roma: «La Iglesia en Alemania quiere y debe dar respuestas a las preguntas de los fieles»
Este sábado han hecho su propio balance de la visita ad limina y de la petición de no continuar por su cuenta y riesgo
Los obispos alemanes han explicado desde Roma cómo han vivido esta semana de encuentros en Roma y cómo, pese a las distintas posiciones entre los mismos prelados alemanes, todos pudieron exponer sus puntos de vista. «Nuestros debates en Roma fueron arduos, pero civilizados y sentimos que el diálogo puede, y así sucede, tener éxito de esta forma», ha asegurado en su comparecencia Georg Bätzing, presidente de los obispos alemanes. El obispo de Limburg ha reconocido que igualmente duro fue el encuentro con varios jefes de Dicasterio y miembros de la curia sobre el camino sinodal. Duro y «una auténtica prueba de sinodalidad al aceptar que el otro tiene su opinión sobre las cosas», ha confesado.
«Para mí, la reunión interdicastrial fue una señal de que, a pesar de nuestros puntos de vista contradictorios, podemos seguir nuestro camino juntos. La Iglesia en Alemania no sigue su propio camino y no tomará ninguna decisión fuera del contexto de la Iglesia universal. Sin embargo, la Iglesia en Alemania quiere y debe dar respuestas a las preguntas de los fieles», ha dicho Bätzing a los medios en Roma ante los que no ha dudado en reconocer que él no impedirá las bendiciones a parejas homosexuales y que la Iglesia alemana está «impaciente» por responder a cuestiones como esta.
La Conferencia Episcopal Alemana asegura su satisfacción por haber sido escuchada por el Papa y las altas instancias vaticanas, pero, al mismo tiempo, vuelve a casa sin explicar si van a hacer algo por aliviar las preocupaciones del Vaticano si bien, en palabras de su presidente, «es un error hablar de enfrentamiento con Roma».
Reforma en la Iglesia, no de la Iglesia
Estas declaraciones llegan tras el comunicado que emitió este viernes a última hora la oficina de prensa del Vaticano y que revela con un poco más de detalle el contenido del encuentro de los obispos alemanes con los jefes de Dicasterio y con el cardenal Parolin centrado, única y exclusivamente, en el controvertido camino sinodal alemán. El moderador de la cita fue el Secretario de Estado quien aprovechó para exponer la preocupación que suscitan en Roma las propuestas de la asamblea alemana. Tanto es así que advirtió del riesgo de «una reforma de la Iglesia», en lugar de «una reforma en la Iglesia». En esta línea, los cardenales Luis Ladaria, prefecto de Doctrina de la Fe, y Marc Ouellet, prefecto del Dicasterio de los Obispos, pidieron que la metodología y contenidos del sínodo alemán se encarrilen en las mismas vías del sínodo que recorre la Iglesia universal para garantizar la unidad.
La nota difundida por el Vaticano explica que uno de los puntos recurrentes de las intervenciones fue «la importancia y la urgencia de definir y profundar sobre algunos de los temas, por ejemplo, los referidos a las estructuras eclesiales, al sagrado ministerio o a la antropología cristiana». En el fragor del debate parece que muchos de los obispos y los miembros de la curia que intervinieron llegaron a la conclusión de que hay temas que no pueden estar en discusión. Por eso, incluso alguna de las intervenciones llegó a sugerir que se interrumpiera el sínodo alemán. En cualquier caso, el sínodo alemán seguirá su curso «en la necesidad de continuar la escucha y el diálogo mutuo en los próximos meses, para que puedan contribuir a un enriquecimiento del camino sinodal alemán y del sínodo universal de la Iglesia».