«Los medios están transmitiendo un mensaje negativo hacia las personas con síndrome de Down»
La comunidad EUfortrisomy21 analiza esta discriminación mediática y pide dar a conocer «una parte de la realidad que no se cuenta»
Mejorar la visibilidad de las personas con síndrome de Down: una emergencia para Europa ha sido el tema sobre el que ha girado este jueves el último encuentro de EUfortrisomy21, la plataforma de colaboración de asociaciones, ciudadanos y políticos unidos para la celebración del Día Mundial del Síndrome de Down y la visibilización de la discapacidad intelectual y de las personas con trisomía 21.
«Hoy en Europa existe un ataque a las personas con síndrome de Down que va en aumento en los medios de comunicación», afirma Raquel del Barrio, coordinadora de EUfortrisomy21 en España junto a su marido Rodrigo Escobar. «Desde los medios se está trasmitiendo un mensaje negativo hacia ellos, y se está atacando a estas personas en sus derechos, el principal, el derecho a la vida», añade.
El encuentro mostró como ejemplo de ello varios casos, como el de la campaña Querida futura mamá, censurada por las autoridades en Francia porque en ella varias personas con síndrome de Down defienden que «podemos vivir una vida feliz»; un artículo de Arcadi Espada en el que afirmaba que las madres que deciden tener un hijo con síndrome de Down están cometiendo un «crimen contra la humanidad», o las declaraciones del científico Richard Dawkins señalando que estas personas «traen infelicidad y sufrimiento al mundo».
«El crimen contra la humanidad es precisamente que solo dejan nacer al 5 % de estos niños», argumenta Raquel del Barrio. Son personas «que tienen derecho a nacer y a las que el 95 % de ellas se las está discriminando por razón de su condición, y es algo que va en aumento».
Aun así, en el caso de los niños que llegan a nacer, «a la sociedad todavía le queda mucho por hacer». Raquel, madre de tres hijos –el más pequeño, Álvaro, con síndrome de Down–, gestiona una comunidad de apoyo para familias con estos niños. Para ella, «es imprescindible normalizar esta situación», evitando el proteccionismo y la utilización de un vocabulario diferente. «No es una enfermedad, sino una característica genética», defiende, por lo que es preciso «acoger la diferencia en igualdad, sin maquillarla».
«En el día a día, allí donde va mi hijo despierta amabilidad, buena fe y mucha simpatía, pero queda mucho por hacer en cuanto al conocimiento de la realidad», dice Raquel. Sobre todo, «eliminando el miedo a que esto te pueda pasar a ti», señala, y dando a conocer «una parte de la realidad que no se cuenta, la de tantas personas con síndrome de Down que viven su vida feliz. Por eso tenemos que escucharles a ellos».