Los focolares reconocen 83 casos de abusos sexuales y de conciencia
«A cada víctima y sobreviviente le pedimos nuevamente, sinceramente, perdón», subrayan los responsables del movimiento en la presentación de su primer informe sobre prevención y transparencia
El Movimiento de los Focolares ha reconocido 83 casos de abusos sexuales y de conciencia cometidos por sus miembros. Así se recoge en un informe datado el 31 de marzo, el primero sobre las medidas de prevención, investigación, transparencia, formación y cambio, emprendidas. A partir de ahora, se repetirá anualmente. La publicación se produce un año después de la publicación de la investigación del grupo GCPS Consulting sobre los abusos sexuales por parte de un exfocolarino francés, J. M. M. Esta investigación «nos llevó a dar pasos necesarios y decisivos» en la prevención y salvaguardia de la persona.
«A cada víctima y sobreviviente les pedimos nuevamente, sinceramente, perdón», subrayan en la introducción la presidenta del movimiento fundado por Chiara Lubich, Margaret Karram, y el copresidente, Jesús Morán. «No tenemos palabras adecuadas para expresar el dolor y la vergüenza que seguimos sintiendo por todo esto». También les expresan «nuestra más profunda gratitud» a ellas, y a sus familias y comunidades, «por la valentía que siguen demostrando para afrontar y sacar a la luz estos crímenes».
20 expulsiones
El informe consta de varias partes y presenta los datos relativos a los abusos notificados a la Comisión para el Bienestar y la Protección de la Persona desde 2014. En primer lugar, se recogen 61 casos de abusos contra 59 menores y adultos vulnerables29 menores de entre 14 y 18 años, 13 menores por debajo de los 14 años, y 17 adultos vulnerables. Hubo además dos casos de posesión de pornografía infantil. En cuanto a los victimarios, fueron 66, pues en algunos casos había más de un abusador. 53 eran laicos, de los cuales 32 eran consagrados. Hubo también cinco sacerdotes o religiosos, cuatro menores de edad y cuatro personas que no pertenecían a los Focolares pero cometieron los abusos en el marco de sus estructuras o actividades. 63 eran hombres, y tres mujeres.
Ante estas denuncias, el movimiento respondió en 20 ocasiones con la expulsión del abusador, dispensándolo de los votos por condena o amonestación. Nueve victimarios fueron sancionados, y nueve remitidos a las autoridades judiciales. Seis fueron suspendidos a la espera de un juicio en otra entidad. 19 casos siguen pendientes, y doce fueron archivados por comprobarse «la insuficiencia de los requisitos para proceder a la investigación».
Por otro lado, la comisión recibió desde 2018 notificaciones de 22 casos de abusos sexuales, de conciencia, espirituales y de autoridad respecto a adultos. 28 de los acusados son laicos consagrados y tres sacerdotes o religiosos, además de un número de autores «aún no identificados». Cuatro de los casos se archivaron y en cuatro se produjeron sanciones. 14 siguen abiertos.
Mecanismos de notificación
También se presentan datos relativos a los «cursos básicos sobre la protección de la persona» realizados en los diferentes países en los que trabaja el Movimiento de los Focolares. Otra sección está dedicada a las medidas prioritarias ya en acto o en proceso de implementación, tomadas en respuesta a las recomendaciones de GCPS Consulting. Ya se han puesto en marcha actividades de formación para los responsables del Movimiento a distintos niveles.
Una novedad es la entrada en funcionamiento, el 1 de mayo, de la Comisión Independiente Central, y el fin del trabajo de la comisión. El nuevo organismo se ocupará exclusivamente de la tramitación de las notificaciones, mientras que la formación será coordinada a nivel central y local por otro equipo de expertos y consultores.
El informe presenta también el protocolo para la gestión de casos y las líneas de apoyo y reparación económica. En lo que concierne a los procedimientos de notificación, denuncia e investigación en los países en los que la denuncia es obligatoria, la notificación se transmite inmediatamente a las autoridades judiciales. Si la legislación nacional no prevé la denuncia obligatoria, pero los hechos constituyen de todos modos un delito, la comisión presentará la denuncia a las autoridades judiciales inmediatamente después de comprobar la verosimilitud de los hechos, a menos que la víctima o sus padres se opongan a ello. La notificación tendrá lugar aunque el delito ya haya prescrito.