Los enfrentamientos en Marawi podrían llevar a «un mayor derramamiento de sangre» en todo Mindanao - Alfa y Omega

Los enfrentamientos en Marawi podrían llevar a «un mayor derramamiento de sangre» en todo Mindanao

Manos Unidas y Acción contra el Hambre han alertado sobre la crítica situación que vive la ciudad filipina, de la cual ha huido el 90 % de sus habitantes por los enfrentamientos entre el Ejército y los islamistas de Maute. Diversos líderes musulmanes han condenado la profanación de la catedral y han pedido la liberación del sacerdote secuestrado

María Martínez López
Foto: Reuters / Romeo Ranoco.

Las entidades de acción social miran con preocupación a Marawi, la ciudad de Mindanao (Filipinas) tomada el 23 de mayo por el grupo islamista Maute. Temen que la situación se enquiste y provoque un rebrote de la violencia que golpea desde hace cuatro décadas la isla de Mindanao, de mayoría musulmana y donde algunos grupos luchan por lograr la independencia del Gobierno de Manila.

«Nos preocupa la situación de las víctimas y los desplazados, y esperamos que lo sucedido en Marawi no suponga un freno a lo conseguido en el proceso de paz», señala Miguel Carballo, técnico de proyectos de Manos Unidas y de Cooperación Española en Filipinas. La ONGD de la Iglesia en España colabora con ZABIDA, la Alianza para el Desarrollo Integrado en Zamboanga Basilan, precisamente con el objetivo de «construir una cultura de paz».

La preocupación también se vive sobre el terreno. El Foro Interreligioso de Solidaridad por la Paz, en el que participa el misionero español Ángel Calvo, ha hecho pública una declaración en la que condena las atrocidades cometidas en la ciudad y expresa su temor a «un mayor derramamiento de sangre, que suponga más muertes y se extienda a otras zonas». Calvo es otra de las vías por las que la ayuda de Manos Unidas llega desde hace décadas a Mindanao.

La declaración, a la que se ha adherido también el Foro por la Paz y la Seguridad de Zamboanga, lamenta que los enfrentamientos en Marawi sean un síntoma de que las «amenazas» continúan y culpa a «factores políticos y sociales como la corrupción y la narco política, el extremismo religioso y las ideologías antigobierno» de que diversos grupos, «incluyendo elementos terroristas extranjeros, hayan unido sus fuerzas y sigan causando estragos».

Una ciudad casi vacía

Sobre la situación concreta en la ciudad, Acción contra el Hambre ha advertido de que los choques entre los milicianos de Maute y el Ejército han expulsado de la ciudad a 227.000 personas, el 90 % de su población. La mayoría de ellos han huido, algunos a pie, a la ciudad de Iligan, a unos 30 kilómetros. El 70 % de las familias desplazadas carecen de ingresos y huyeron sin nada, por lo que esta organización se está movilizando para hacer llegar ayuda de emergencia a unos 20.000 desplazados.

Al mismo tiempo, en la ciudad quedan sitiados unos 30.000 habitantes. La falta de suministros comienza a hacer mella en ellos, y «si la situación se prolonga durante mucho más tiempo las provisiones que parte de la población tenía almacenada para el Ramadán se podrían acabar», alerta Javad Amoozegar, director de la entidad en Filipinas.

200 rehenes

«Todo ha sido destruido. La ciudad está irreconocible. Cuando miramos a estas imágenes pensamos inmediatamente en Siria o Iraq», ha declarado el obispo de Marawi, monseñor Edwin de la Peña. En una prelatura que solo tiene 40 años, «debemos reconstruir todo de cero y empezar a reestabilizar una presencia cristiana. Debemos continuar promoviendo el diálogo y buscando reconstruir la esperanza», ha afirmado.

No hay noticias de los 200 rehenes retenidos por Maute, entre los que se encuentra el padre Teresito Suganob, vicario general, y una quincena de fieles católicos que el día 23 se encontraban en la catedral.

Por el padre Suganob ha intercedido el Frente Islámico de Liberación Mora, uno de los grupos separatistas de Mindanao. Su vicepresidente, Ghadzali Jaafar, ha hecho un llamamiento para que se le libere «en nombre de la paz. Es un sacerdote, un líder religioso. En su tiempo, el profeta Mahoma respetó tanto a los líderes religiosos como a los no combatientes. Liberadlo lo antes posible. Estamos seguros de que Alá compensará esa acción». El Frente está colaborando con el Gobierno para crear un corredor humanitario para llevar ayuda a los civiles atrapados en Marawi.

«Mahoma prohíbe profanar iglesias»

Representantes de la comunidad musulmana también han condenado la profanación de la catedral, perpetrada por miembros del Daesh –Maute está aliado a esta organización terrorista– hace una semana. El gobernador de Mindanao, Mujiv Hataman, la calificó de «no islámica» y llamó a «todos los musulmanes a condenar lo que Maute ha hecho en el lugar de culto de nuestros hermanos cristianos. Su intención era agitar a nuestros hermanos cristianos y hacer que tomen medidas de reacción extremas».

El clérigo musulmán Abdulmuhmin Mujahid, director ejecutivo de la Casa de la Opinión (una entidad musulmana) en Mindanao, ha asegurado que «el profeta Mahoma, con él sea la paz, prohíbe la profanación de lugares sagrados, especialmente iglesias y sinagogas». Unos días antes de la irrupción de Maute en Marawi, Mujahid participó en la Cumbre de Ulemas Contra el Terrorismo.